Un engarce que nombra lo posible.
Declaro un pensamiento, escribo.
Entiéndeme o no, pero no dejes
de dialogar contigo, como si fueras
el otro que te escucha. Verbalizar
el tiempo, darle un eje donde
la comunicación sea hilo de vida,
que la palabra arraigue en tu voz
como arraiga la luna en el silencio.
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