lunes, 8 de febrero de 2021

Aguas de vida para una piel reseca

"El agua es un caos sensible"
  Novalis

Es como si la lluvia que cae
rozara el brocal de un pozo,
pátina de un espejo en mi piel,
hondura negra de la quietud.
Esas gotas, pendientes de nácar,
que rompen en la solidez,
que navegan por aires de arrobo,
que transitan ventiscas,
tifones, mojan colinas,
visten de manantial las ciudades,
el erial amarillo, la mandrágora
que los bosques elevan al cielo
cuando la flor de la vida estalla,
racimo de agua que besa las raíces,
que baña a los pájaros, nutre la sed de las acequias,
simula un reflejo de arco iris en el horizonte,
baila y se despide del algodón de los nimbos
con su música callada de alfiles suicidas.

Sudé mi agua,
la humedad es un filtro sutil,
mina de suburbio
donde el corazón bebe,
llegó la lluvia con alas de lujuria,
cayó con su alegría de río,
noté cómo las dos aguas copulaban,
dejé bogar los sueños en mi carne de anciano
hasta sentir una corriente de sodio y transparencia
sobre mi piel reseca.

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