miércoles, 2 de agosto de 2017
Visillos
Me salvan de la luz como ángeles de sombra.
En la ternura del tejido se enciende la claridad
con luces de insolencia, besan la desnudez del día,
el cielo que rompe la noche con mandíbulas de hambre,
el disco rojo de un amanecer sin luna. Hay una paz
ignota en su voluntad entregada a la cópula del sueño,
a la sinrazón de la melancolía. Elijo el color y el dibujo
-beige, azul, púrpura, payasos y globos de infancia-
para que nada sea ajeno a mí, para que el tatuaje
de su piel me proteja de la ínclita luz.
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