Detrás de un pie va el otro
como una sombra en movimiento.
Pero ¿adónde la dirección que sigue
esta arquitectura de huesos y sangre?
Decir sí a la lluvia y no al sol, decir sí al sol y no a la lluvia,
en un caso la pérdida es la luz,
en el otro lo que se pierde
es el sonido vital del agua.
¿Cuál es el acierto si son necesarios los dos
como si no fuera posible un arco iris en el horizonte del mañana?
En este río que somos en el que hay que elegir afluente
la diferencia es prever cuál de ellos se secará más tarde,
por dónde se abrirá camino el elegido
si en algún lugar el cauce trazado con anterioridad
no sirve para acoger el manantial de toda una vida.
En el minuto previo a su muerte
un hombre evalúa las causas de su trayecto,
cierra los ojos
y asume lo vivido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario