Es como una niebla que impide ver el hoy del pasado.
Siempre en fuga, nunca echó raíz en la memoria que sufre
por no revivir cada día el acto en que la esperanza se colmó de vida.
Es vacío y es ausencia de plenitud, carretera borrada del tiempo
en que los sentidos se abrían al mundo igual que flores tempranas.
Faro ensombrecido por las nubes de la edad cuando ni siquiera
asoma a tus ojos la fotografía que guardaste entre los pliegues
más íntimos del recuerdo.
A menudo querencia de que no suceda otra vez lo sucedido.
Pero también nostalgia imposible de rescatar
si la aventura llega a su fin y ya tenemos alas
que vuelan indómitas hacia el silencio que llegará
con tu nombre oculto en el cielo por una losa de mármol.
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