viernes, 14 de abril de 2023

El faro


Es una hoz su vientre de tallo curvo. La lengua azul del mar

y un labio de arena dormida. Gaviotas sin memoria de ser gaviotas

inmemoriales trazan arabescos, hilan los chillidos, ciegamente

son bucles sobre unas olas que nadie sabe si están vivas o muertas.

La finura del haz, laser prístino, ojo blanco, bisturí que deja en la tez

acuosa su cicatriz volátil, su saeta de invisible humo, el arco

que derrama su luz de invierno sobre la piel de un mar amante,

sobre la amura de un barco ensombrecida por la noche,

sobre el velamen de un navío pirata, perfil de trirreme,

galeón perdido, musculosas las chimeneas que se alzan

como índices de un dios, trasatlántico hacia una deriva

sin futuro, el humilde pesquero que en su gris costado

lleva escrito el misterio ancestral, como un talismán,

como una filigrana: Meiga. Así llamo yo a mi ciudad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario