domingo, 26 de febrero de 2023

La casa humana

 

Llevo la casa en mi piel como un tatuaje.

Su luz decaída inunda los pasillos,
luz de araña vieja con carámbanos de cristal,
luz de sol herido por el ocaso.

Sus ventanas son los ojos de mi edad,
las habitaciones mis cavidades íntimas
donde lo cotidiano me acuna con el oxígeno de la palabra,
los muebles mis cómplices que añoran el tiempo de la infancia perdida,
los espejos el fulgor del instante
que fue un hoy altivo del que ya no queda rastro en mi memoria.

Quiere mi hogar un refugio de vísceras rojas,
quiere permanecer conmigo eternamente,
pero yo sé que en el futuro será el hogar de otro,
un nuevo tatuaje en otra piel oscura o blanca
porque ama lo humano que es vida y no olvido,
porque solo se siente real si alguien penetra en su corazón
como penetra la luz en las alcobas de la noche.

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