Eres dardo de metal, cíclope que anuda la nada,
humilde espiga que penetra la desnudez del algodón
para labrar un sueño, juntas los pliegues arbitrarios,
dibujas rosales sin vida, unes los acantilados con puentes
de amor, entre los dedos resbalas como una yegua sin amo,
hincas tu mordedura para bordar el aire, sobre la superficie crece
entonces una línea roja o azul, una flor o un paisaje, un nombre
o quizá el bordado de un corazón que no sufre. Filamento eres,
símil de la plata, urdimbre creas para que la alegría brote de la lisa
tela, desde la húmeda boca el hilo se engarza a ti, se da como fruto
de araña, y nace tu geométrica forma sobre la piel de un lienzo ajado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario