Es húmeda carne que se prolonga hacia ti,
es un globo que levita en tu nube de matriz blanca,
es el silencio de los labios al despertar a tu lado en un tejido dual,
es la primavera en tus ojos y el azúcar que dulcifica tu voz,
es la canción del sexo con trompetas en éxtasis
bajo el resplandor de la luna, es la sincronía
de las sombras en un vidrio oscuro,
es el tacto que no sufre si no encuentra
la huella, conoce el recuerdo de su abril y lo revive.
Es la invisibilidad que te abraza en los mares que habitan los espejos,
es la ola que florece en tu vientre marchito, es el eco y el arco iris,
el sol en la palabra, el dulce hospicio de la edad.
Es la paloma que viaja a tu noche y vuelve
con la luz que te ilumina, es la esperanza
y el deseo como vértices de un triángulo de paz,
es un trayecto que no para de surcar el mismo
corazón y su doblez. Es tu nombre en el mío,
cualquier día, por la tarde, al mirarnos; es nada
y es todo, eres tú en mí, y yo en ti, la ósmosis más fiel.
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