domingo, 19 de noviembre de 2023

Habitación de hotel con vino rojo

 

Ágil estatua que se orilla hacia el mar.

 

Vestida de ángel y de iglesias sin atrio,

en tu faro de espuma los peces rondan igual

que nubes de silencio, lo mismo que mariposas de infancia.

 

Me señalas un astro viril, la luz de Júpiter es un ojo fúlgido,

las olas caen sobre el rocío de la noche.

 

Bajo tu abrigo hay góndolas que no despertaron como lapislázulis,

leones tristes dormitan en los dibujos de tu sábana.

 

Y en el paseo marítimo, al caer la noche, caras de viernes

y bicicletas raudas como un disparo, un epicentro

de gaviotas forma un círculo porque no ven la línea  

brillante que un barco, sin luces, traza, al regresar.

 

Es muy tarde para el vino rojo, pero bebemos,

intensamente bebemos, hasta que el olvido llegue

con sus cadáveres de invierno, con su jardín helado por la luz.

 


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