viernes, 2 de octubre de 2020

Tu voz


Me penetra una voz y yo sé que eres tú.
Invisible la palabra que de tu boca no escucho.
Es el perfume y el rostro, el labio entreabierto,
la mueca y la sonrisa quienes hablan, mudas.
Pero tu voz sigue aquí, en la memoria del tiempo,
en su jaula rota. El acento que dejas, la levedad
de un tono grave o la fugacidad de los agudos,
una interrogación no dicha, el misterio en la jungla
de un diálogo son el paisaje de mis días, mientras
la noche asoma. Y tu cuerpo que ya no existe,
solo la sinfonía de tu voz que interpreta en mi oído
las notas de una canción olvidada.

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