Es el tiempo del río alegre y de los árboles que
lloran.
Es el color amarillo entre los troncos, la lluvia en
las cornisas,
murmura el ave su húmeda apariencia. Otoño en la
lumbre,
manjar del fruto caído, cieno exacto del que brota
vida.
En noviembre escuche el no de tu silencio, la niebla
hospitalaria sobre la cruz del témpano y los duendes
del bosque bajo los hongos, su risa fría. Octubre
me engañó con sus lágrimas tibias, oímos el sudor
de la nieve, el lento fluir de la mañana. Ahítos
de verano bajo un sol irreal la playa era el día,
el mar un sueño azul entre tus piernas.
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