La moqueta esconde un palimpsesto de huellas,
en el espejo se multiplican los rostros del pasado,
la cama ha vivido el fragor, la desdicha y el culmen.
Desnuda los cortinajes
que la luz crezca en las paredes,
mil idiomas han dejado su eco de palabras vacías,
restos de lujuria caen de los brazos
del galán de noche
como guedejas de plata.
Yo sé que alguien huye,
sé que dos amantes exploran sus cuerpos entre suspiros de amor,
sé que el apátrida es una isla
aunque se esfuerce en ser multitud.
Habitación doscientos treinta y cinco,
tú y yo a oscuras
sin mirarnos,
sin oírnos,
sin saber aún
quiénes somos.
tú y yo a oscuras
sin mirarnos,
sin oírnos,
sin saber aún
quiénes somos.
*galan de noche: mueble donde se coloca la ropa al acostarse
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