Si canta el grillo es agosto. Claror de luna en el neceser
olvidado, la playa no gime ni la luz que bordaste
en la toalla húmeda, ilumina. La fiesta se nutre
de pájaros perdidos o de góndolas celestes. Llevas
fruta madura en el regazo, de espiga el color de la ola.
Una vez soñé con un ángel que me arrojó
al confín de tu vientre, el paraíso fue tu nombre
bajo las sábanas manchadas.
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