viernes, 15 de agosto de 2025

Un día sabrás

 

De joven no me identificaba con él.


Ante el espejo no reconocía como propios

esos hombros caídos, ese cabello cano,

esa piel envejecida.


Yo me cuidaría, nunca tendría esa apariencia.


Me refería a mi padre.


Ahora es mi hijo el que no se reconoce en mí.


Lo sé por cómo me mira.


Tal vez podría decirle que yo pensé lo mismo a su edad,

que nadie admite el futuro si este anticipa una derrota.


Por eso un día sabrás, hijo, cuánto te comprendo.


jueves, 14 de agosto de 2025

Notas

Algunas veces los pájaros no regresan.

Les puede su orilla,
la elipse
o los dormidos acentos del adiós.

Así, el eje de los días
cuando la telaraña del suceso se enhebra
con la metamorfosis
y un osario de luz no interrumpe
la gloria del devenir.

¡En los juegos, en los juegos,
el aprendizaje de la caricia!

Después, el revólver ejerce sus preguntas
y empieza el látigo del soy o no soy
a escribir su laberinto.

En fin
no pretendo ser un viento inalcanzable,
solo la ola gris que enternece
el sombrío gesto de la luna
-su cicatriz de niebla en la medianoche-.

Hay sonidos que se reflejan en los toboganes,
su luz decae rápida
como un asteroide.

Si los ojos grises han llorado
será por la ubicuidad sin esperanza
(una abreviatura de guirnaldas
sin conocer la flor marchita que llueve)
o por las dudas que anticiparon la edad sin fósiles
o algún delirio en el maquillaje del hoy.

Guardo en la garganta los anteojos de la lucidez,
por eso escribo estas notas sin nombre
que llegaran hasta ti
como un dedo que acusa
o un temblor que oscurece.

miércoles, 13 de agosto de 2025

La eternidad de la espera

 

Vendrá, tal vez, el orden que no vi desde la honda

profusión de los gestos inmóviles, llegará el aire

limpio o el humo que calcina el rubor de la nieve,

son minutos de reloj los suspiros que callan el incesante

acontecer de los flujos vitales, son arpegios de latitud

los giros inesperados del suceder cuando en un remolino

las cosas circulan a mi alrededor y yacen después de su sangre

viva bajo el humus de lo ido, ocurre que me traspasa la luz

y no queda claridad en mi memoria, pasará un abril tras otro

sin que la duda aleje su sombra, vigía yo desde el faro que observa

el mar con la atención perdida en el horizonte, y no arriba el navío

y no asoma en su velamen la esperanza mientras se hace viejo

el candil que ilumina el océano de la virtud insomne sin otear

un sueño entre las olas cada vez más lejanas del ansia.

martes, 12 de agosto de 2025

Párpados

 

Dejadme íntegro el resplandor de esta ciudad que no envejece.


Es una ciudad que vive en mis párpados.


Me basta su lienzo para evocar los días inmóviles,

los instantes de luz y el brillo de la carne joven

bajo el tapiz de unas nubes de oro.


Y siempre tú, alejándote en la noche,

vestida de tren y luna.


Cerraré mis párpados para ver el jardín

donde crece la flor de la nostalgia.

lunes, 11 de agosto de 2025

Pájaro de niebla

 

9 de la mañana.


Bendita sea la niebla de agosto.


El misterio de la bruma,

el rocío del agua

y esta especie de parálisis del tiempo

bajo la luz gris de la mañana.


Mientras camino

la evocación de los recuerdos

es también bruma.


Vivir entre nubes

oculto del sol

como un pájaro

al que le han nacido alas

en la memoria.


domingo, 10 de agosto de 2025

El ojo de la cerradura

 

Hay color, figuras, voces y ecos.


Entre la niebla soy el silencio y la metamorfosis,

la sucesión circular del tiempo y de la nada.


Yo espío a mi pájaro que voló sin mí hacia el delta de la luz.


Me acompañan las sombras sin presente

que huyeron por las fisuras del olvido.


Algún grito y la alegría pasajera de los boliches nocturnos,

el desencuentro inevitable de las vidas

que extienden sus ramas en direcciones opuestas

como buscando cada una su sol y su noche,

su primavera y su hostil invierno.


Y allí, también, igual que faros que iluminaran

la habitación de pronto encendida

lo que fui con los pasos de la infancia,

los secretos de la juventud, la falsa madurez

tras la puerta que permanecerá siempre cerrada

aunque desde su ojo sin llave

yo contemple emocionado los recuerdos

que pasan ante mí 

como en un carrusel vivo

o a través del vértice de una noria que no cesa de girar.

De las cosas previsibles

 

Lo bueno y lo malo

llegan, a menudo,

sin avisar.


Un día aparece el amor

o te toca el gordo de la lotería de navidad

o recibe un premio

aquel libro de versos que publicaste

y que ya tenías olvidado.


Otro día enfermas,

sufre un accidente grave de coche

alguien de tu familia

o no consigues un objetivo

que perseguías

con ahínco.


Hay que estar preparados para todo.


Pero mientras tanto

disfruta con el presente

que es la gran parte de los momentos

en que nada

especial

pasa.



















sábado, 9 de agosto de 2025

Aquel amor de juventud

 

Te vi desde mi auto cuando el semáforo se puso en rojo.


Eras tú, no tuve duda,

quien cruzaba por el paso de cebra.


Con el andar más lento,

con la ropa más formal,

casi esquelética,

el cabello oscurecido

y unas gafas de ver

que entonces no usabas.


Pensé por un momento en si,

de intercambiarse los lugares,

tú también me hubieras reconocido a mí

a pesar de lo que los años

habían hecho con mi juventud.


Con pudor infantil me agaché

cuando pasabas junto a mi coche

para que no pudieras verme.


Quizá por guardar otra imagen de ti en la memoria

nunca fue tan cruel descubrir

que ya somos

definitivamente

viejos.


viernes, 8 de agosto de 2025

La visita

 

El frío y la lluvia invitaban a no salir.


Cerré puertas

y ventanas

y encendí la luz.


Llegó de pronto la infancia.


Y fue como la alegría de recuperar

aquel primer amor

que jamás olvidé.


Me comentó que aunque todos estos años

no la hubiera visto

en realidad ella nunca se mudó 

de casa.


Su casa que es mi corazón, todavía.

jueves, 7 de agosto de 2025

Un corazón con inquilino

 

Un día llegó sin avisar

como un huésped

imprevisto.


La verdad es que resultó

un buen compañero de viaje,

alegre y cariñoso,

con el fui casi feliz.


Pero de igual forma que vino se marchó.


Sin avisar.


Todavía lo recuerdo

algunas tardes

en que la soledad

me vence.


Era el amor.


miércoles, 6 de agosto de 2025

El desfiladero

Por arriba los pájaros de fuego nadan en la luz bermeja

con sus alas de plata, por debajo la ceniza, el polvo

y los reflejos ocres, en medio yo con mi desnudez

de piel renegrida, mis aullidos de ángel y mi sangre

derramándose en forma de hilos con deltas y red,

ramificaciones arborescentes, de un rojo infantil

por su color álgido, su color de púrpura joven,

su latido fuerte de corazón salvaje, en el horizonte

aquel lago del que habló la dama del sur,

un óvulo entrevisto, un vacío convexo como

de amanecer sin vida; aún color luna la rosa de la luz,

el vértigo bajo nubes escarlata, nadie vivaz, ni árbol,

ni hierba, ni plantas, ni humus o musgo, porque

la humedad es una lágrima no fértil en el vientre

de la tierra, porque el sol calcina la faz

de la roca y un viento cálido e inamovible

rompe el día, viento cuya densidad pesa en la carne

y en los orificios del alma, como si mil lenguas

cosidas a una raíz de átomos y niebla

llegasen en onda volátil, paralizada al momento

de extenderse por el surco que fue río,

que fue ánfora de colmado líquido, mientras

solo el fulgor pálido, la arcilla de la ladera,

el túnel abierto al coral fulgente del cielo,

a la huida del alacrán, al deambular

de las serpientes, a la soledad del cactus, ríen;

el calor del día y el frío de la noche

están en mí, porque yo soy el desfiladero,

la arteria calcárea, la pared y el roquedal,

la fisura que recorre el aletear de la vida

desde el vergel del niño a la desértica

sombra que va cubriendo de rugosidad

pétrea el camino que fui trazando sin ver

casi el sol, como pude, a trompicones de azar,

en lucha con la muerte, ahora todavía

bajo el misterio de la lid gritos que reverberan

y son ecos, y son osamenta de sueños

y son la terrible ambigüedad donde

uno mismo no halla ni el origen ni el final,

solo un transitar entre rostros y una voz

que se intuye a los lejos, quizá la de aquel

Sísifo indomable y extrañamente feliz.



martes, 5 de agosto de 2025

Inteligencia artificial

Tú lo sabes todo, en ti creo como en un dios.

Me diriges, me enseñas,
me descubres lo infinito
en lo finito.

Soy la sombra que te sigue,
el hombre ciego
que solo ve a través de tu inteligencia.

Para qué buscar, para qué elegir por mí mismo,
para qué reflexionar si al final la conclusión perfecta
me la darás tú.

Haces de mi vida un mundo simple, por lo tanto feliz.

Un día conoceré que detrás de ti
hay alguien que te guía.

Qué decepción saber que no eras dios sino instrumento.

lunes, 4 de agosto de 2025

Rótulos

 

Es como si al pasar te guiñara un ojo el comercio.


Los hay de todos los colores y formas,

de cualquier tipo de letra y tamaño.


Antes ponían S.C., S.L. o S.A.

esas siglas que muchos

aún siguen sin saber 

a qué se refieren.


A mí solo me han servido para quedar en los bares.


A las diez en el “Inda”, por ejemplo.


Nombres, que la mayoría

ya no soy capaz de recordar,

o han dejado de existir.


Con fecha de caducidad

como la misma vida.




domingo, 3 de agosto de 2025

¿Un ángel?

 

De niño una curva muy cerrada con muro al fondo

después de un descenso temerario en bicicleta.


Y ahora esto.


Circulaba en mi automóvil a las 4 a.m.

por la autopista Vigo-Coruña.


Había sido un día aterrador

-no diré por qué- cuando un mortal cansancio

invadió mis párpados.


Lo notaba pero quería llegar lo antes posible a mi destino.


Fueron tres o cuatro segundos no más

los que circulé con los ojos cerrados.


Inmediatamente paré en la estación de servicio

cuyas luces vi en el horizonte.


Creo que en esos tres o cuatro segundos

un ángel veló por mí.


Me pregunto si fue el mismo ángel de mi infancia.

Breve misiva al padre

 

Tu pelo engominado

y el bigote fino

te sitúan en una época

que no es la mía.


Aunque igual que yo fuiste nada más

que huesos, piel y vísceras.


Solo un hombre.


Ahora que tengo tu edad he llegado a comprenderte.


Con un niño no se puede hablar,

no está todavía formado,

con un joven si se puede hablar,

pero resulta difícil ya que las mentalidades chocan

sin remedio”- te escuché decirle una vez a madre-.


Además tú no aguantabas

que te llevaran la contraria.


Esa era una filosofía que nunca compartí.


Ahora que ya no estás

es demasiado tarde

para que dos adultos

hablen frente a frente

con el corazón libre

y sin desconfianza.


Solo puedo imaginar lo que nos diríamos.










sábado, 2 de agosto de 2025

Modestas sugerencias para un jubilado

 

Es lo que traen los años postreros: la indiferencia de los días.


Un lunes puede ser domingo, un domingo jueves.


Con las estaciones pasa lo mismo,

salvo el frío o el calor

y el tono de los paisajes,

todas te parecen la misma.


El que cambia eres tú aunque no lo notes.


Para ti no existen dos días iguales

porque con el de ayer has perdido algo

que no tendrá el de mañana,

y así sucesivamente.


Las estaciones son mas que efectos del clima,

paradas que te aproximan al destino final.


Sé consciente de ello para hacer de los días una vivencia única,

y de las estaciones un viaje feliz sin pensar nunca en la llegada.


viernes, 1 de agosto de 2025

La vida no está aquí

 

Lo que llama la atención del casco viejo de las ciudades

es que siempre está igual

-sin referirme a terrazas,

comercios o residentes

que son como las flores vivas

de un jardín de piedra-.


Nada cambia allí, ni la luz, ni los edificios,

ni el color gris o amarillento de las fachadas antiguas.


El de mi ciudad no es una excepción,

me doy cuenta ahora que lo visito al alba,

-sin turistas ni borrachos

ni nadie que madrugue para ir a trabajar-,

solo el sonido de mis pasos repicando en las losas,

y el color malva del cielo entre cornisas oscuras.


En alguna época se construyeron para languidecer,

con sus bloques de granito o de caliza 

y sus iglesias con plazas 

ahora desiertas.


La vida no está aquí, la vida no es la eternidad,

la vida es todo lo contrario:

un saludo a lo efímero.


El visitante

 

Un día aparecerá como un huésped inoportuno.


Me lo dijo mi abuelo.


Después mi padre.


Es una molestia en cualquier sitio:

la espalda, la rodilla, el cuello…


Es ese dolor que llega con los años

como una visita incómoda

que ya no se irá.


Ahora soy yo el que lo sufre

y el que se lo dice a mi hijo

cuando pregunta

qué me pasa.


El cuerpo envejece y nos lo recuerda.


Es su inútil forma de reclamar más vida.


jueves, 31 de julio de 2025

Tu juventud resiste en los espejos

 

A medida que los años avanzan

da pereza mirarse en los espejos.


O da temor y hasta en algún caso pánico.


Es la vejez que se insinúa ante ti

como una máscara que va perdiendo

poco a poco la piel tersa de la juventud.


Ni los azogues amigos,

- el del baño, el que está junto

a la puerta de la calle,

el del armario de doble luna-

los del hogar, en definitiva,

te van a mentir.


Ese eres tú, ahora

- dicen- mañana, no.


Por eso haz lo contrario,

no los eludas, 

mírate a fondo y sin prisa

allí donde un espejo retenga

esa imagen de ti

que no volverás a ver.


Siempre se es más joven

en el hoy que en el mañana.


La buena persona

 

Cuida con mimo sus plantas repartidas por la terraza de su vivienda de doscientos metros cuadrados.


La veo pasear a su perro, cuando hace frío bien abrigado, en el súper le compra lo mejor, visita regular al veterinario, lo deja en un hotel especializado en mascotas cuando se va de viaje, habla tan amorosamente con él como si se dirigiera a un novio, se le rompe el corazón cuando no está bien.


Tiene varios pisos que alquila solo a españoles, nada de inmigrantes, lo único que le importa es que le paguen, no invierte mucho dinero en su mantenimiento, lo básico para que sean mínimamente habitables, total siempre habrá demanda esté como esté la vivienda.


Las circunstancias personales de sus inquilinos, quedarse en paro, por ejemplo, le dan igual. Su filosofía es materialista, si te comprometes a pagar un alquiler lo pagas sí o sí, de lo contrario desahucio.


No tuvo reparos en contratar una empresa especializada para conseguir que dos de sus inquilinos con renta antigua dejaran por fin la vivienda. Cualquier medio vale ante la injusticia de cobrar menos por un alquiler de lo que marca el mercado.


Se considera buena persona porque hay amor en su vida.


Y es cierto, aunque ese amor se lo dedique, exclusivamente, a su perro y a sus plantas.


Está convencida de que Dios, cuando llegue el momento, se lo tendrá en cuenta para entrar en el reino de los cielos.

miércoles, 30 de julio de 2025

Esa palabra, amor mío

Huele al corazón húmedo de la tierra,

a la raíz donde fructifica el mundo.


¿Qué palabra define

este olor 

que me asalta

tras la lluvia?


Es esa palabra tan hermosa

que tú ya conoces.


Repítela conmigo: pe-tri-cor.


Después de tantos años me pides un consejo para la vida

 

No esperar nada.


O muy poco.


Sabiendo que cada segundo es un regalo.


La luz,

mis rutinas,

un paseo junto al mar,

la buena gente,

tu compañía…


Tan poco, pero tanto.



martes, 29 de julio de 2025

Sin rastro

 

Es virtud mía no mirar atrás por ver si alguna huella

me persigue. De caminar camino por el aire, así

en el silencio me siento nube o alas de pájaro,

así nado en un río donde la única huella es la sombra

de mi cuerpo que avanza hacia un mar sin orillas.

¿Y las palabras que escribí?¿es que no dejaron un perfil,

un contorno, un dibujo sobre la piel del tiempo?

Se va la luz, llega la bruma, en la cicatriz del agua

es imposible ver mis pasos, una ráfaga de aire

siembra de polvo mi nombre y lo que fui

yace oculto, sin ningún remedio.



lunes, 28 de julio de 2025

La adivinanza

 

Cuando llegaron yo no supe reconocerlos.


No sé si pensaba que era normal sentirse así,

tan en plenitud, tan acorde con la vida.


Duraron poco, casi nada, si lo pienso.


¿No adivináis su nombre?


Efectivamente, son ellos,

los momentos felices.

Señor presidente de cualquier país(misiva desde Gaza, corazón del hambre)

 

Me extingo.


La carne se pega a los huesos hasta formar una fina película sin ningún grosor.


Los ojos crecieron en las órbitas, el costillar tiene frío, apenas escucho los lloros, las voces debilitadas por el hambre y la sed.


Siento la angustia, el dolor y la impotencia de ver a mi hijo consumirse lentamente-es una llama que está apunto de apagarse-.


Respiro sin fuerza por la pura inercia de vivir.


Mi calavera crece bajo la transparencia de una piel que adelgaza poco a poco y sin remedio.


Muero y a nadie importa en realidad, y como yo otros muchos- niños, mujeres y hombres cuya única culpa es su origen y su fe-.


Dónde está mi dios, dónde la justicia del mundo, dónde el corazón humano que no admite el exterminio del inocente, dónde la muralla que pone freno al poderoso.


¿Dónde está usted que disfruta tanto la comida con que se le agasaja después de mostrar con palabras hipócritas su indignación por lo que ocurre ahora mismo en mi tierra?


¿Por qué, señor presidente, permite usted que pase esto?

sábado, 26 de julio de 2025

El hombre consciente

 

Poco a poco me voy dando cuenta de lo que he vivido.

Nunca en el instante, bajo la luz exacta, en el segundo

preciso la consciencia se reconoce en el espejo de la realidad,

desde el paraíso umbilical donde el germen crece hacia el ser

que vendrá, con la infancia desnuda de dolor porque los ríos

ríen bajo las nubes del futuro, al rayar el tiempo joven

de los espacios sin límite, la honda quietud de los lagos

fértiles que esperan un silencio vacío, con la claridad

y el ímpetu de los cometas que se desplazan por un confín 

límpido, sin el acecho de los lobos de la vejez, cuando 

la lluvia es un arco iris en los ojos que vibran con la partitura

inmortal de las vivencias, en un ayer de lunas redondas

como un océano de leche oculto por los párpados de la luz,

sintiendo el fluir de la sangre igual que un torbellino de olas

enfervorecidas, al trasluz de los nombres que desplegaron

sus alas en la lejanía de los ecos inmemoriales, ahora sal

en la llaga de unas fotos caducas, al aire las flores ya marchitas

de la plenitud, con mi voz que se quiebra como cristal fúnebre,

con los aljibes henchidos de llanto y la ciénaga del tiempo hundida

bajo los pliegues de la edad, ya solo un hilo de abalorios

sin mensaje refulge dentro del corazón igual que mil pulidas

rocas erosionadas por la paz de los relojes que gotean

su insomnio sobre la ridícula estación de los recuerdos,

así el pábilo de un cirio se comba y deja de ser luz, féretro

de negrura que se extinguirá como el humo hasta que solo quede

un débil perfume de sueños estériles certificando el adiós de un hombre.


viernes, 25 de julio de 2025

Si alguna vez te vuelvo a ver

 

Un saludo y nada más.


Después de tantos años qué decirse.


Para qué revolver las cenizas.


Eso ocurrirá un día cualquiera

cuando nos crucemos en una estación de trenes, 

en una calle, o coincidamos en un bar

o a la salida de una película.


O tal vez ni un saludo entre nosotros.


Como dos extraños que fingen

no haberse conocido nunca.



El cigarrillo

 


Lo miro inmolarse, sucumbir a la brasa

sin que me atreva a tocarlo. La ceniza

forma una escultura redonda y frágil,

con el humo que ejecuta un baile gris.

El cigarrillo se consume intacto desde

su pedestal de acero. Al contrario

de cuando en tus labios absorbías

su alma con la fuerza indómita

de la juventud. Entonces apurabas

la vida como si con cada cigarro

te fumaras el corazón del mundo.

Ahora solo quieres que el cilindro se agote,

y lo contemplas nostálgico extinguirse

como una extraña flor de otro tiempo.