miércoles, 19 de noviembre de 2025

El caminante sonámbulo

 

A contracorriente de la sed que divide el pensamiento

en la memoria de la isla sobrevive el sol de la virtud,

y no hay orden ni mesura, largas filas de páramos,

rojos vestíbulos que fueron de ámbar quedan en la sombra

de los líquenes bajo el mar oscuro de la mueca, y llueve

y no ansía la luz el oasis de la redención, vagan las alientos

por la cremallera rota del vestigio, lame el suspiro la bruma

de la incandescente esfera donde el suburbio es un episodio

de mar, olas que roban los perfiles del atardecer; y tú que fuiste

mi faro, a veces la sublime canción de los ángeles hoy te invoco

bajo la ardiente luna del ocaso, elevo mi bastón al cielo

de las vértebras blancas, camino hacia el sur con el alegre

grito de los pájaros que dan la espalda al vacío, y noto

el duro crisantemo bajo mis pies mientras de tus rodillas

nace una aluvión de espejos que dan al oriente como letanías

de sol en su andamiaje de astro senil; ven y siente el árbol de la luz,

la rosa del crepúsculo, la escarcha en el jardín que prohíbe

los sueños, la garza que dibuja iconos de marfil y atraviesa

el horizonte, la voz del lagarto que gime, la ciénaga feroz

como una estrella polar que dirige mi insomnio y concluye

la ceremonia de la lentitud con el frágil péndulo de un coloquio

de fémures, aspas que rotan entre la neblina que danza

lo mismo que un derviche entre el agua que rodea a mi cuerpo

ahora que cruza las orillas de un río sin puentes, jaras

que acompañan el murmullo de los gorriones que confunden

mi viaje con el refugio fértil de los añorados paraísos.

martes, 18 de noviembre de 2025

Personalidad

 

No seas pluma que el viento arrastra,

ni nades de continuo a favor de la marea,

al río de los otros no le permitas fluir en ti.


Solo se es libre cuando has convertido

en fuerte raíz lo que antes era semilla.



lunes, 17 de noviembre de 2025

Síndrome de abstinencia

 

Vive en los charcos de la ceniza.


Su luz que esmalta los espejos del agua

es fulgor herido, pálpito de sombras.


Hay un rojo péndulo en su andar

de carmín y púrpura febril

-como la sangre turbia-

son las huellas de la invisible sed.


Quiso tener las alas de un ángel.


Del ángel que en las noches

recorría los paraísos

del estupor

blanco.


domingo, 16 de noviembre de 2025

Cerrando el círculo

 

Contra mí los paraísos donde el inicio y el final

tienen un único rostro, sin la consciencia

ni en el corazón de la retina la calma de un reloj pétreo.


Sin la carne que hizo de la tersura un tapiz de cicatrices,

sin la voz de los siglos en mi voz que enmudece,

sin la serenidad de un dios bajo el rayo mortal que da razón de lo efímero.


Mi nostalgia retorna al lugar del átomo donde vi la primera luz.


La que hoy vuelve para ser mi última luz.




sábado, 15 de noviembre de 2025

Ojos húmedos

 

Te recorre lo que vibra, una aguja que penetra

el corazón triste, y ves un espejo morir bajo

la falsa pared del silencio; ayer pájaros por el cielo

de la tranquilidad, hoy un racimo de uvas negras

crece desde la raíz del dolor como un abril oscuro

en el azul de tus ojos; y mana la redonda lágrima

y cae por el pómulo igual que un niño por el tobogán

del miedo y ya no sabes cómo parar ese llanto

cruel que un día sin paz te regaló la desdicha.

viernes, 14 de noviembre de 2025

Mantener el equilibrio

 

Sobre el mapa del mundo una multitud de raíces me nombran.


Mástil de un navío que atraviesa las alturas con el vigor encanecido

de un cáliz que aún enciende de pétalos los jardines del tiempo.


Eje que fue música de los días en círculo.


Los que ahítos de luz derrotaban a los duendes de la noche.


Los que jamás se quebraron como juncos flexibles

ante la amenaza de un aire feroz.


Los que de tanto vigor amanecían heridos

bajo el vaivén omnipresente de las horas.


Con la mueca en el rostro y en la piel el empujón eterno

de los relojes que no paran de invocar la caída 

continuo anclado a mi nombre

como una noria que lo estuviese

al giro inalterable de la vida.

jueves, 13 de noviembre de 2025

La pared


Basta tu luz para encender el silencio.


Se ilumina la pared con tu voz muda,

con el latido de tu nombre,

con las horas dulces del azar.


Y, allí, es tu rostro quien me dice:

por favor, no regreses al mundo.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

Pintores

 

En la textura virgen crece el sueño del alma,

el símil invade el portal de las sombras con la luz

única del creador, y vagan rostros de infantil pureza

por las comisuras del lino, escenas de pudor o acaso

el desnudo en plenitud, el vaho traslúcido, la primigenia

flor de la claridad tras la ventana dócil, sacrificios

que derrotan la penumbra con el ardid mágico

de un rayo omnisciente, antiguos moldes del óleo

no anuncian al príncipe y a su cuatralbo animal,

en la intimidad todo finge, la propia mirada,

el trasluz de los espejos, las colinas al fondo

con río y niebla, ángeles a veces de anunciación,

rondas de noche y santos de incómoda senectud.


Y con el principio del siglo la fiesta del color,

nada en el trazo que reviva la fe, solo el espasmo

de la luz, la llama que impresiona a las retinas

con su destello fugaz, memoria también

de lo más cotidiano, la feroz pincelada,

esa falsa realidad que trastoca las costumbres,

el misterio que dibujan las líneas más puras

o las que quiebran la lógica con ángulos esquivos,

salpicaduras verdes, azules, rojas de las que nace

el desgarro y el grito y el amargor de vivir, tanta

es la pasión del artista que nunca morirá su obra,

una obra siempre en deuda con la belleza o con el duelo.

martes, 11 de noviembre de 2025

Cosas del viento


 

Energía gratis para las nubes.


Mano invisible que arremolina las hojas caídas del otoño.


Ese papel de periódico que rueda por la plaza

como un niño perdido.


Las faldas que se elevan solas mientras las chicas ríen.


Un látigo feroz el tronco esbelto de los árboles.


Y con la lluvia un festín de giros

que toma por la cintura los paraguas

y les da la vuelta

como si de un baile salvaje

-y destructor-

se tratara.


lunes, 10 de noviembre de 2025

Un viaje del Imserso por tierras de Valladolid

 

El autobús traga kilómetros

como tragaba galletas aquel muñeco azul

de un programa infantil

de nombre

Barrio Sésamo.


Una piedra aquí, otra allá,

el esqueleto del fortín como navío con sus cuadernas al sol.


Un aire sin palomas, vítores y estandartes

en la cruz de mis ojos,

almenas indemnes a la leyenda del olvido.


Y un muro, hábil collar de sillares,

la voz del folclorista sin galardón,

sin trino, sin romance en la aldaba,

sin la canción del pueblo, sin aquel gozo

infantil de los Colegios Mayores.


Y el hotel junto al río con el agua breve de un cauce herido,

rostros que emanan edad, cáliz de hijos, pasos de ángel

en pos de las comisuras del tiempo, y un orador que hila las teselas

de la historia en mosaico de plenitud bajo el dosel del silencio.


Pisadas con eco como ladridos del azar,

aún el frenesí de la cautiva ilusa tras los cortinajes,

la mansedumbre que mora entre rejas

y un salmo o un motete como ataúd de un nombre,

casi viril, por su rabia de amor bajo las sayas de la virtud.


Y en el día clamoroso la parálisis de las estatuas,

el brillo de las ceras, el policromo retablo,

un tapiz que ilumina el sol del invierno,

racimos de ansia en las bocas

y la pasión de los arcángeles

en la desmesura de unas manos

como alas que sufren el adiós eterno

a la vida.


Atraviesan las golondrinas la nocturna estela

donde la química de los mitos, la historia sin disfraz

y el pálpito antiguo de los coros nos permiten

un instante de éxtasis bajo la rosa perenne

que pone en los labios lágrimas de ilusión,

crisantemos de luna que emergen de los párpados de piedra.










La paz

 

Cuando todo se detiene, cuando el sonido,

la luz, cuando hasta los relojes duermen

la paz llega como un misterio insondable.


domingo, 9 de noviembre de 2025

The End

 

En blanco y negro la fotografía,

actores sin gracia, una trama que aburre,

un decorado común y un final ya visto.


Cada cual que le ponga nombre a su propia película.



sábado, 8 de noviembre de 2025

En resumen

 

Nací un martes y -probablemente-

nunca sepa el día exacto en que moriré.


Quise la palabra en mi boca

y la palabra me respondió con un eco mudo.


Amé el mar y las plazas vacías,

los arco iris que solo se ven en sueños,

a una mujer que me olvidó

antes de que yo la olvidara.


En definitiva, no fui nada más

que un hombre 

como cualquier otro.



viernes, 7 de noviembre de 2025

Porque existe el arte la belleza permanece

 

Y ahora qué ha sido del pigmento, de la idea,

del ángulo, de la grácil nota, de la carne vertida

en el alma profunda del mármol, y en dónde la imagen

o el sueño que dio vida a lo invisible, la pasión, el goce,

las líneas que cruzan las vértebras del aire, el instante

que captó el fotógrafo tras un diafragma oculto, con

qué pálpito de hombre o mujer se recrea el hondo jardín

y nace lo bello como una flor ambigua que produce

una llama de asombro, un deleite fugaz que transita

sin freno por el gusto, la sensibilidad, el abismo

insondable de la luz que destella como un paraíso

que de pronto se vierte en ti y te abrasa con el goce

irreal de un fervor que solo por un momento ha sido tuyo.


jueves, 6 de noviembre de 2025

Solo sé

 

Yo no sé si existes.


Si eres esa voz que únicamente al sueño responde,

si hablas por mí con un dios que no conozco.


Si cuando llegue mi hora serás reencarnación,

ángel de luz o mito.


Solo sé que me gusta pronunciarte, alma mía.



miércoles, 5 de noviembre de 2025

Sempiterna noche

 

Si me asomo al brocal de este pálpito que ha perdido

la encendida luz, y allí con el sedimento de este fluir

que aún finge ser misterio del color, callo; si buceo

en la transición de las sombras para no hallar

la resplandeciente esmeralda ni la duna de miel

ni el silencio de los arco iris brilla en el pozo

clandestino de la edad; qué oro de negritud,

cuál opacidad de vientre negro, dónde el atisbo

que corona de sol los muros, por qué la estrella

que fue corazón de alba ya no luce en la pantalla

insomne de los párpados, y quién llegó como pérfida

ola de rizo oscuro hasta el confín de la sangre,

asesinó el perfil púrpura del estallido vital y nombró

a la sempiterna noche guardián perpetuo de mis días.

martes, 4 de noviembre de 2025

Volvió a ti

 

Renació en ti la alegría.


Porque el tiempo apaga

con su corazón de nieve

el ascua del dolor.


Como la rosa de Paestum

has vuelto a la vida.


La heterocromía de tus ojos

 

El azul no es cielo ni mar.


Es el pétalo de una flor

que jamás existió.


El verde es un bosque.


A menudo me pierdo en él

por si hallo

en su fondo

el manantial de tu luz.



lunes, 3 de noviembre de 2025

El pensamiento es la celebración de la palabra

 

Qué secreto río esparce sus golondrinas de color por el envés

de mi conciencia, vi palabras que se orillaban con la voluntad

de ser raíz, sentí la dulzura del eco en la memoria mientras

una urdimbre brotaba desde el fondo de mi abismo, a través

del silencio, en navíos sin mar hacia las islas que no conocen

olvido yo recorrí las manglares del pretérito, cosí la claridad,

la nitidez, el frío espacio de los segundos con anillos frágiles

donde las horas que fueron resplandor aun iluminaban el misterio

de mi singladura, yo que sobreviví al miedo que es un felino voraz

en la sima del corazón, yo que ausente recorro los páramos del verbo

tanto como sus jardines de primavera fértil, yo que desdoblo en luna

la magia de un sol que crece en el alma de los espejos, dudo

ante el azar, hago títeres sin labios de palabras que nacen

en mí con la serenidad de una brisa en el albor, yo que evoco

lo imposible, lo que nunca será, lo que es iridiscente en un agua

que fluye por los laberintos del lenguaje, yo que morí con cada

signo, cada metáfora, cada grieta que se abría entre el deseo

y la razón, aún revivo bajo las cenizas de mi cuerpo en el lugar

donde la voz habla para sí con las heridas viejas que me aproximan

poco a poco al silencio, a la fría estación que solamente yo habito.

domingo, 2 de noviembre de 2025

La llamada

 

A mi madre, allá donde esté, desde aquella playa nuestra.


Volaron los pájaros perdidos ya entre la espuma.


Es negra su semilla y es blanca su voz que seduce sin querer.


Un rocío de sal, un lento eclipse de cúmulos,

un dique que entra en la duna del mar

como un designio.


Palpitan las olas bajo sus pies.


En el pelo ligeramente canoso,

en sus manos viejas,

en su ardid que busca mi nombre

la sed del ángel oscuro.


Es mi madre que me llama a su guarida.


Y, mientras, el azul resplandece.

sábado, 1 de noviembre de 2025

Ante una lápida con flores

 

Bajo la flor el cáliz de la ausencia, roca labrada

con el buril del duelo, y en el aura del día la voz

neutra del silencio, al fondo el mar con su cinta

azul, el camino es de ángel y en el collar de la lluvia

lágrimas viejas como un sortilegio de náufragos, aquí

en mi corazón duerme la paz del que no olvida la luz

de antaño, con las guirnaldas del recuerdo, con su clavel

sin dios en la boca, con la luna de su nombre en mis ojos,

todo es un abril de pétalos y en el mármol su cicatriz

siempre viva para que en mí no muera el alba de su ayer.


viernes, 31 de octubre de 2025

Evocación

 

No es en plenitud que vuelve lo ido, solo un eco,

un contorno, un perfil o el trazo de una línea dibujan

en la memoria lo que un día fue denso, real, vivo.

Y aún así, pese a que ya no hay materia ni realidad,

pese a que ni el tacto, ni el olor, ni el oído, ni la vista

encuentran la firme presencia de lo que es instante único,

pese a que las palabras no hayan respuesta a mi voz

que interroga, explica, susurra o regala amor,

pese al silencio que jamás fue tan mudo como

la vida que es totalmente noche, pese a que tú

y yo ya no somos nosotros, seguirás aquí, conmigo,

sin piel, sin huesos, sin carne -es posible

que hasta sin alma-, y sin embargo, eterna.



jueves, 30 de octubre de 2025

La buhardilla

 

Solo tiene de inquilina a la memoria, bajo los listones curvos,

hogar de la carcoma, el arcón reluce con el cenit del mediodía

cuando al ventanuco lo atraviesa el misterio de la luz,

en su interior los cuadernos del colegio, las muñecas

parlantes, la ropa pasada de moda, los juguetes ansiados

con los que disfruté de niño, álbumes y enciclopedias que ya

nadie leerá, y en los travesaños las telarañas, y en la pared

mi sombra de hoy que yace oculta entre las sombras del pasado.


miércoles, 29 de octubre de 2025

La muerte es una amante cruel

 

Tú no imaginabas el calor de la nieve, la rojez intima

del clavel con el polen negro vertiéndose por la estrecha

comisura de los átomos, no presentías el latido como ceniza,

el humus visceral partiendo como navío por el mar sin nombre

del adiós, nunca la negritud de un pozo en los ojos de la vida,

jamás la piel mordiendo el cáliz de los huesos, el vómito

en el jardín de las papilas, el aullido de la sangre desde el corazón

extenuado, no preveías el semen del tumor que extiende

su falsa luz y atraviesa el ovario de las células con las cien mil

razones de la metástasis mortal; ya todo ascua el tiempo

que asola el futuro, ya nadir esa marea que invade tu abril

con la estéril canción del desamparo, ya furia, dolor, castigo

el túnel en el que vive tu sombra, ya, lentamente la plenitud,

el orden, la estructura natural de los ejes por los que giraba

tu destino se extinguen, hasta que solo queda de ti un alma

muda, y en los que te querían el vano titilar de los recuerdos.


martes, 28 de octubre de 2025

El misterio de la luz

 

Llueve con la lentitud de una oración que se repite en letanía.


En la plaza una joven rubia sin la perla de nácar,

el blanco y el azul en el mandil de los comerciantes,

tras el ventanal de las casas la luz es un río que ilumina

el trasiego de la servidumbre.


Vine aquí por la bruma nacida del mar entre molinos insomnes.


Vine por la tibia luz que enmudece tras las cortinas

de un hogar donde la claridad es un párpado abierto al silencio.


Vine a sumergirme en los paisajes mudos de las marismas

como un náufrago que quiso sucumbir a la belleza de la sal

y al resplandor de la ola perenne.


El misterio de la luz es un pájaro que surca al alba los cielos de Delft.


lunes, 27 de octubre de 2025

El boxeador

 

Y tú sigues.


Con los ojos tumefactos,

los pómulos heridos,

las cejas partidas,

la nariz mil veces rota.


Sin dentadura, sin labios, sin alma.


Ensangrentado

como si la sangre

fuera ahora

tu auténtica piel.


Ya sé que no puedes más,

que has caído para levantarte

una y otra vez.


Igual que Sísifo con su eterna roca.


Que eres amigo del dolor,

porque el dolor lo respiras

a cada segundo

y sin él 

-piensas-

no habrá mañana.


Pero nunca claudiques.


Aunque sepas que vas a perder.


Porque no ignoras

que tu único rival,

es y ha sido siempre, la vida.










domingo, 26 de octubre de 2025

El hombre que ya no ve su reflejo en el cristal

 

Hay un más allá en la fina película del vidrio.


Palomas que viven en los espejos,

argonautas que navegan la luz,

dioses que una vez fueron niños.


He perdido las islas de mi mar

como perdí el sol de la aventura.


Aún así os aseguro

que una vez fui joven.


sábado, 25 de octubre de 2025

Los buenos recuerdos

 

Desde su fantasmal presencia agitan la bandera

donde sobrevive el aliento de ser, y aunque nadie

los llame están ahí como un árbol que da sombra

cuando el sol conspicuo de los días se vuelve luz

insomne, llegan de improviso igual que niños

con las alas de la alegría extendidas por un cielo rojo

y surcan las lágrimas que la vejez arroja sobre la piel

anciana como ángeles de claridad, como cisnes de un lago

que se deslizan por las nubes del ayer entre ecos de paz

y susurros de antiguas voces que regalan sosiego

al que ahora tiembla bajo la luz inhóspita del presente.


jueves, 23 de octubre de 2025

Vencido por el azar

 

Y si interpreto la cadencia de las horas con la lógica de la virtud,

y si me resulta imposible entender lo real porque se esparce

a mi alrededor el maná de la nieve junto al resplandor del estío,

y si no hay oráculo ni fe, ni presagio, ni tampoco los sucesos

de la experiencia abren caminos que den seguridad a mis pasos,

y si es la aventura un sol sin párpados que me señala dónde

está la luz en los espejos, y si lo que vino a mí no tenía raíz

y solo eran ramas esparcidas por la espiral de un aire

que pasó fugaz como la sombra de un tren que huye

de las estaciones a través de los raíles del ensueño.


miércoles, 22 de octubre de 2025

Las flores del recuerdo

 

Lo que aún era virgen y precedía al asombro, porque

se nace como pájaro que ha de aprender a volar, y hay

siempre un momento en que las alas descubren la luz,

el aire y el color, y ya eres edad que surca la geografía

ignota de unos pasos que crecen, ya vas vistiendo tu desnudez

con almanaques únicos donde las fechas son una cicatriz

y los días un azaroso caleidoscopio que guardará la memoria

como un ave que vuelve al jardín del pasado, a la madriguera

y al nido donde habitan esas flores invencibles de la ilusión

que convertimos en el pulso y la razón de nuestro existir.


martes, 21 de octubre de 2025

La hendidura que habita en mi cuerpo

 

Indistinguible la luna que arroja en los pechos del tiempo

su luz ingrávida, mis ojos de letanía, mi cenefa en arrebol

como fiebre altiva de narcisos brillantes

recorre la distancia que en los ecos es azul

y en el mar desnudo un rayo sin longitud.


Una sombra atlántica, un eje vertical sobre el que extienden

las vértebras su red de silencios, su geoda de armazón gélido

es mi patria y mi sueño.


En mis omóplatos la nieve de los epitafios surca como cicatriz

la noche sin músculo del azar y ya no distingo esa línea de lápiz,

ceja ruborosa que palpita bajo la escarpada piel.


Quizá una mínima fibra al fondo de la tenaz estepa del tiempo,

posiblemente el asomo del corazón como un labio con el púrpura oscuro,

tal vez un hilo de orfebre, recamado sobre la palidez infantil

de un cuerpo que ama la indiferencia del mármol

me amparan.


¿A qué sima de ángel, a qué pozo, a cuál abismo se asoma mi fe?


Crece la rugosidad como una planta noble entre los árboles de mi vello encanecido,

nadan las augustas panteras por el río inaccesible de mi sangre.


Y una voz sin memoria es herida por la mirada ciega

que descubre tras lo opaco del artificio

un renacer de palomas sin ojos.


Y entonces, solamente entonces, se abre la orquídea febril

y ya soy caída, y soy el túnel

que oculta en su seno una extraña luz.

lunes, 20 de octubre de 2025

¿Dónde están?

 

No es suficiente con los recuerdos.


¿Dónde están ahora

su voz,

su mirada,

su tacto

y algunas

veces

su risa?


Y sobre todo

lo que perdí

sin remedio.


Aquel tiempo

de estar

juntos.


domingo, 19 de octubre de 2025

Elogio de la lentitud

 

Si posaras simétrico perfil, aunque fuera doblez,

en la sinuosa efigie de las cosas, sentirías algo,

un mínimo desencuentro, una cicatriz apenas

visible, como la división de un esqueje bajo la luz,

el misterio que consiste en vivir sin el clamor

ni el estruendo de la veloz singladura del cometa,

la parálisis simulada de los sentidos cuando la fiebre

ya no es un don de luces que brillan en el horizonte,

el tacto retenido acercándose en silencio como si

la distancia fuera un alba de calidez, y en la madura

rosa el recuerdo de haber nacido bajo el sol unívoco

de los días, y por fin la palabra que antes de descubrirse,

antes de ser fruto, es coordenada y es un anuncio

que se da a la luz, como si naciera de un jardín

meticulosamente cuidado, el del verbo transparente

en los oídos que ya no escuchan el tronar de la rauda noche.

sábado, 18 de octubre de 2025

Atlántida

 

Cuál forma se incrustó como gema en la piel

del agua, en los cantos antiguos donde no es azul

el mar, en el confín ya ahíto de palabras que conspiran

contra la luz, en la gran nave sin el cristal traslúcido

que nos permite descubrir la historia; solo un eco

de batallas que en la sima oceánica aún retumba

como círculos cuya sangre es el mito y no la cicatriz

bajo el coral; revive la naturaleza del tritón, la magia

de las sirenas que ya no anuncian con canciones alegres

la ingrávida sed del asombro; no sé si hubo flores

sobre la raíz del agua o canales de pura plata, si

espadín curvo o liso, si arco de huesos con flecha

de marfil, si honda o puñal, porque entre el ahogo

y el silencio no hay música que canten las anémonas

invisibles con el frenesí de un triunfo, ni luz ni faro,

ni artificio, ni huella fósil, ni fábula , ni oasis 

de algas o edén, ni flor náutica, ni isla sin cielo, 

leviatán rojo, meteorito arcano, hexámetros

que nombren al cíclope que tatuó en su espalda

las mil olas furiosas que sepultaron la Atlántida.





viernes, 17 de octubre de 2025

Una tarde en Amberes

 

Allí imaginé tranvías como peces surcando un río

que brillaba entre sombras, allí los ojos eran gemas

pulidas de blancura atroz, y no vi canciones de cristal

en la voz de los semáforos, ni tuve un sueño donde

a la mano del soldado le crecían dos alas de virtud,

en el aire un aroma de sal y una luz marchita como

de novia triste, pedimos un vino frío a la muchacha

de pechos grandes, a la vuelta un taxi sin memoria

nos arrojó a lo más profundo de la tímida noche.

jueves, 16 de octubre de 2025

Vinilos

 

Y es que brota del corazón la misma música de alba

y oscuridad, arpegios, notas, letras en soliloquio,

flujo de aire con la flor híbrida de la cadencia,

pausa en la fiebre del círculo, química que vuela

por las colinas de la noche, y los párpados que escuchan

una voz, un sueño de guitarras, un crepitar de platillos,

un bombo, un bajo, ninguna imagen solo brillo que cala

en la luna vieja de la infancia un vástago carmesí,

folclore antiquísimo en la ternura del indiano, filosofía

de la luz en quien canta al sol del recuerdo, un hilo

desventurado, una cenefa de amor, un espasmo

de fuentes que trinan, el símbolo incorpóreo que va

y viene como una letanía y abraza mi inquietud,

mi vocación, mi alma recién nacida al viento dorado

del ensueño, las fibras de un estribillo, el frenesí

de la prosa rimada en frases que encajan como tiernas

flores de un jardín único, el baile sobre la alfombra de loto

y nieve, la ceniza en los labios tras el fin que la aguja

repite como un febril presagio, y la elucubración,

los versos inmolados por la cruz fugitiva del olvido;

yo veo en tus ojos todas las canciones del mundo, todas

las melodías que, sin ti, dejarían de ser pájaros libres.