miércoles, 5 de noviembre de 2025

Sempiterna noche

 

Si me asomo al brocal de este pálpito que ha perdido

la encendida luz, y allí con el sedimento de este fluir

que aún finge ser misterio del color callo, si buceo

en la transición de las sombras para no hallar

la resplandeciente esmeralda ni la duna de miel

ni el silencio de los arco iris brilla en el pozo

clandestino de la edad, qué oro de negritud,

cuál opacidad de vientre negro, dónde el atisbo

que corona de sol los muros, por qué la estrella

que fue corazón de alba ya no luce en la pantalla

insomne de los párpados, y quién llegó como pérfida

ola de rizo oscuro hasta el confín de la sangre,

asesinó el perfil púrpura del estallido vital y nombró

a la sempiterna noche guardián perpetuo de mis días.

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