sábado, 25 de octubre de 2025

Los buenos recuerdos

 

Desde su fantasmal presencia agitan la bandera

donde sobrevive el aliento de ser, y aunque nadie

los llame están ahí como un árbol que da sombra

cuando el sol conspicuo de los días se vuelve luz

insomne, llegan de improviso igual que niños

con las alas de la alegría extendidas por un cielo rojo

y surcan las lágrimas que la vejez arroja sobre la piel

anciana como ángeles de claridad, como cisnes de un lago

que se deslizan por las nubes del ayer entre ecos de paz

y susurros de antiguas voces que regalan sosiego

al que ahora tiembla bajo la luz inhóspita del presente.


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