Nací un martes y aún no sé qué día moriré.
Quise la palabra en mi boca
y la palabra me respondió con un eco mudo.
Amé el mar y las plazas vacías,
los arco iris que solo se ven en sueños,
a una mujer que me olvidó
antes de que yo la olvidara.
En definitiva, no fui nada más
que un hombre como cualquier otro.
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