Tu mirada es de pájaros que no vuelan.
Sorbe la luz el instante de los niños.
¿Hubo otra felicidad en ti? ¿otro sol
que amamantara tu invierno?Sentado
en un banco del parque tú también
te sientes niño. Otra vez ríes, juegas,
saltas. Una extraña melancolía mueve
tus piernas nervudas. Porque es la hora
de los sueños, de toboganes que giran
al infinito como pájaros de luz, como
nubes sin memoria de ser carne y tiempo
en fuga hacia la muerte. Cierra tus ojos
y vive, vive.
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