sábado, 17 de mayo de 2025

Perderse

 

Perderse como ayer, en el minuto de la luz o en el minuto

de las esquinas negras, anunciarse fósil que recibe bajo

su pedestal roto la canción sin voz de las fuentes dulces,

seguir a la hoja desprendida del árbol azul en su trayectoria

virgen de pájaro sin alas, y llegar al hilo que dejaste para mí

en la sed del manantial con la lágrima de los caballos caída

en surtidor de agua sobre el vientre circular del mármol,

perderse bajo el crepúsculo, sin la música que brota de tus ojos,

sin el cáliz de tu cabello bruñido de sol, sin las pestañas de la lluvia

abriéndose como ramas que sesgan la luz gris con su lloro infantil

de maná fértil, perderse hacia el polo sur de los espejos, en la noche

sin azúcar, en el hielo de tu sombra, lánguidamente diluido

en un rastro de luna junto a los márgenes del ámbar y el rojo

colibrí que trina amistad, sin las palabras ciegas del compromiso,

sin el asomo del fervor en los labios, antes de que a mi ansia

llegue el perfume letal del deseo, antes del silbido que aúlla

en los pórticos donde una estatua me recuerda el perfil

pétreo de tu insólita nada.


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