martes, 24 de octubre de 2023

Memorias de un feto

 

Es un océano sin sonido tu vientre, nado como un sol

que ilumina las ventanas de tu casa, me das un latido

y otro y otro más. Yo bebo de tu amor igual que una flor

bebe del agua de la tierra, he visto todos los colores resplandecer,

un mediodía eterno me sonríe cuando tu mano se posa en la cóncava

piel, acaricias tu semilla con la fe impronunciable de la especie,

con el don semítico de la procreación, con los albores de una mañana

que tendrá la forma de tu nombre, la elegida razón de la herencia

derramándose en un cuerpo sin hacer, en una escultura que cobrará

vida, carne, miembros, extremidades, vísceras y alma. Déjame en ti

hasta la catarata final, ahora soy un rey entre glóbulos, células

y un destino donde la luz escribirá mi historia fugaz en una nube,

rápido será el tiempo que anuncia un destello invisible entre

las estrellas infinitas que sobrevivirán al último de los hombres.

Soy feliz y no sé aún que soy feliz, antes de que muera, lo comprenderé.

 


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