¿Es que tú no deseas conocer
el paraíso?
Caí,
caí,
caí.
Y ahora en el agujero más
profundo,
donde la luz es de plata,
vibro, bailo con ángeles que
sonríen,
con mujeres que me besan
insaciables,
desnudas como árboles de
pulpa rosa.
Vienen a mí los arcos iris fundidos
en una psicodelia de música
tamboril, disfruto.
Hay paz y ríos de agua verde,
un bosque colmado donde los
pájaros cantan la canción de la vida feliz.
No quiero salir de este
agujero.
Mi nido,
mi hogar,
mi cárcel.
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