jueves, 5 de mayo de 2022

Un nuevo día

 

Alza la paloma su vuelo de ámbar,
ya clarea y es la luz una rosa fértil.

Lo que sucedió ayer muere en la cresta de un pensamiento,
el hoy repite la mecánica del reloj, se ovilla,
circula con la magia letal de los segundos rotos.

Ya viví las horas de noviembre que regresan,
un árbol de otoño, el color que plantó en mi iris
la memoria del ocre, un río que se desboca con su rizo de agua
colmado como un vientre de amor.

Nace el día contra la voraz noche,
mira el búho sus horarios,
la luna palidece, arrobada,
tímida, niña gris
que oculta con sus manos celestes su cara redonda y vieja.

En mí continúan los ejércitos del misterio: historias que fulgen,
temblores del azar, el deseo cartografiado en los labios,
un fractal en el corazón, policromía de mis huellas
borradas por la aguja imparable del tiempo.

Abro mis ojos al día como una flor nueva crecida en la sombra,
junto al eterno jardín que repite, insomne, su canción sin labios,
pues la eternidad no sueña, la eternidad es el silencio de la palabra
que cada uno musita a solas antes de que la luz, de nuevo, llegue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario