viernes, 13 de mayo de 2022

Te sigo

 

Recuerda las rosas blancas que no se marchitaron,
recuerda la sincronía de los murciélagos y su desafío a la luz,
recuerda la noche sin licencia y nuestra sed proscrita
en los labios del arrabal.

Recuerda la pulpa que mordimos juntos,
el corazón del tiempo con sus esquejes por brotar
y sus horóscopos de nieve en las curvas del instante.

En mi diario, que jamás leíste, eras un sol y un trino,
eras las albricias del cantor, eras un viento de azúcar
que dulcificó mi mirada de lobo, mi voz de aceituna
en los susurros del insomne, mi metal de nube alada,
mi celeste ardid de estrellas de papel, mis azules
sentencias de desamor.

No olvides que un día fuiste candil y fanal,
no olvides que en tus huellas el más tarde soy yo,
que te sigo como al flautista seguían las ratas
que brotaron de la noche, como el humo
sigue al fuego de una pasión sin horarios.

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