Soy sentimiento
que se desnuda ante ti como un sudario raído.
Contigo
comparto el ansia, brota la esperanza en tu espejo,
voz que
inventa la saliva donde dormirá el raíl amargo de tu noche.
Yo te daré
el alma que me sobra, un quilate de pan de oro,
una raíz de
flor verde para que seas el jardín del mañana,
el dulce enjambre
de los sueños. Reconoce en mí la hoja madura,
el fruto
que abre en tu seno un abrazo, la madurez escarlata
del bosque cuando renace al amanecer entre ramas de fulgor
o troncos
que han conocido la derrota. La vida es un claroscuro
y yo no soy
la caricia del desprecio, soy un viento que te eleva
hasta la
altura de mis ojos. Unos ojos que se parecen tanto a los tuyos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario