Analizo, a las dos de la tarde,
sentado en una terraza,
qué es mi vida.
No conseguí encontrar la palabra que definiese el
mundo.
Soy los afectos que me dieron,
gracias a los que habéis estado conmigo,
apoyándome.
A mi alrededor, lo de costumbre:
conversaciones, periódicos,
tazas de café que humean en los platos.
Y el camarero que agradece mi propina.
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