Niego el remanso, su indolencia de agua quieta.
Dibujo sílabas de aire
porque fluyen como esporas de la luz.
Me aparto de las sombras
que son la sombra de un mineral.
Escucho al río,
su canción alegre de pez líquido,
soñador.
Solo existo en el mañana que vendrá,
no en el eco del ayer
ni en el hoy que se ancla al día
como un náufrago
a su isla.
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