domingo, 27 de junio de 2021

Los pasos recobrados

Allí existía el espigón,
en el lugar donde las olas llegaban muertas.

El faro insiste en su trazo de ave melancólica,
la playa como una lengua árida
muestra su esqueleto de conchas,
cristal
y polvo
desmenuzado.

Ya no es posible repetir las palabras que la noche escuchó,
tu vestido de encaje languidece en un armario,
la juventud es un sueño triste que picotean las palomas.

Y nadar ya no es alejarse,
ni la fiebre del deseo
busca el nido de las bocas
como un gorrión sediento.

Los relojes fingen
cuando parece que en la eternidad de su círculo
las vidas nunca avanzan
hacia las sombras.

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