miércoles, 4 de noviembre de 2020

Enséñame a vestirte

 

Enséñame a vestirte. Álzate desnuda, invierte

el sentido de mis manos, escoge la muselina suave,

señala el canesú, la seda de la enagua, el armazón

delicado que atrapa tu culmen, la cinta intima

que cambia el color del deseo. Muéstrame la esfinge

que duerme en lo más recóndito de tu cueva,

la media que afina el pilar esbelto donde se columpia

la noche, el vestido negro que ajusta tu vientre al mío,

la curva que explora cada resquicio intacto de la tela,

su himno a una piel enfebrecida. Muéstrame el guante

que sube hasta el codo de la lujuria, tus zapatos de raso

verde, ajustados como un círculo a la nada. Pronto aprendí

a desnudarte, enséñame ahora a vestirte, lentamente.

 

 

 

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