*Apolo se enamoró de Casandra, hija de Príamo y Hécuba, reyes de Troya. Como venganza por el amor no correspondido Apolo le concedió el don de la profecía, pero al mismo tiempo la condenó a no ser creída. Casandra avisó del peligro del caballo de Troya y de las consecuencias de que Paris robara a Helena.
¿Cuál es el precio que yo pagué por la certeza?
El prisma, la matriz, el diamante donde la ósmosis
se junta con su corola y aparece la lágrima de un dios,
tan clara. Veo la testuz del caballo, su inocencia,
en su vientre la espada como un sigilo de flores negras.
¡Creed en mi acertijo!, es mi voz el sol único, es mi palabra
un vocabulario de oro en la penumbra, repican los ecos
cuando invoco a la muerte, avisé a padre al ver a la hembra
robada, eso dije. Hay un funeral donde el destino no miente,
confesé y me nacieron pájaros suicidas, gemí en las entrañas
de la claridad, pero imaginaron que crecía el alfiler sombrío
de la locura. Repito ante el espejo la verdad como un títere
repite su danza ingrávida en la ceguera que asoma bajo un alud
de silencios. Todos me creen, solamente, cuando no hablo.
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