domingo, 6 de septiembre de 2020

Tu mirada

Qué sino cristal, pureza cóncava del azar.
Hay un mundo en tu iris, derrumbaderos
como un friso de algas marinas en el verde claro.
Ese círculo, sima negra donde me busco late, fluye,
honda memoria del ser. No son iguales tus ojos,
en su estrategia el diestro recibe la ola de la claridad,
el otro la noche, el misterio de la luna, la llaga del tiempo.
Bajas los párpados, entonces lo que alumbras son sentidos
que se aúnan bajo la música de las horas inmortales,
y llega a ti la palabra, el sabor de la almendra, el aroma
del pan, tu piel como un enigma entre mis dedos.
Vuélvete, sin pausa, pues solo la mirada que descubre
lo imprevisto alza sus pestañas hacia el resplandor de la vida.



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