viernes, 13 de diciembre de 2019

La canción de Malala



Tengo una sed blanca en el corazón.
Mi lápiz es sangre, sangre de mi vida
que subraya la luz de la palabra.
Existe en el dorso de la fe una locura mentirosa
donde la esclavitud grita cadenas, mudez, servidumbre.
Yo sé que la libertad vive en una página de tiempo,
en la memoria que es un poso de ocultos signos
en los que ríe la aventura del saber.
No me importa desafiar a la muerte,
no me importan los lobos que atan mi carne
y sojuzgan al débil con su metralla de cobardía.
Escribiré en los surcos de la ceniza
una canción de ardientes flores;
mi voz nunca dejará de ser trino,
una voz que quiere paraísos que la afirmen
en su lucha que es la lucha de todas las niñas
que caminan sin miedo.

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