¿No habéis sentido nunca la traición de la fotografía?
Alguien me mira, vagamente se parece a mí,
tiene dieciséis años y sonríe como si un propósito
incendiara sus ojos. Descubrí la imagen
en el fondo de un cajón, sucia y ajada, entre
las cosas perdidas. ¿Alguna vez existió
la irreal figura que imagino ser yo? Si pudiera
le daría otra oportunidad, en otro cuerpo,
de nuevo joven. Para que, con los años, el mismo
hombre- ya mayor- encontrara esta fotografía
y se reconociera en sus sueños, en los sueños
que ha cumplido como se prometió hacer
cuando el instante de una cámara
fue testigo de su anhelo.
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