Podría lanzar esta moneda al aire.
Si sale cara veré mi rostro feliz,
si sale cruz veré un desierto hostil.
No sé si la vida se resume en un acto de azar,
si la predestinación es algo más que una forma de justificar el miedo,
si lo que de verdad ocurre es que nos negamos la capacidad de decidir.
Aprieto la moneda con el puño cerrado
así no veré ni la cara con mi rostro feliz
ni la cruz que augura un desierto.
Esta moneda solo me servirá para pagar un vaso de vino
en este café sin gente.
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