Ahora que ya no importan ni la sangre ni los miembros mutilados,
cuando se vive para que crezca la noche en los párpados,
y se miente y se mata y se subyuga, y la crueldad y la ignominia
son el reverso negro de la paz, ahora que las heridas cubren de rojo
la frágil piel de un niño y la madre vierte lágrimas sobre un cuerpo
que no respira, ahora que el horror estalla en los cristales
como un aire que anuncia la locura, ahora que somos
matriz de olvido, un número sin cara en una lista, un nombre
entre miles nombres, solo silencio mortal, y en las gargantas,
un clamor de justicia como un grito feroz de náusea y duelo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario