El polo azul eléctrico sobre la piel morena.
Hay algo de estatua en mí como de pasiva querencia de la luz
o de imagen que permanece en el alma de las fotografías.
No quiero vivir bajo la dura paz de los relojes
ni ser solo latido que fluye sin dejar huella de sí.
Es una ilusión, lo sé, pero aquí siguen
mi polo azul y mi piel oscurecida.
Y sigo yo con ese algo de mí
que a menudo me recuerda a una estatua.
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