viernes, 5 de agosto de 2016

Te recuerdo sin mí

Llueve, llueve otra vez.

Pero no se oyen tus pasos.

Solo la piedra es una lágrima rota
-el murmullo del agua en los salientes-.

Somos la calculada historia de los niños,
tú parirás la armonía, el color, la belleza
de las mil formas de entender el mundo.

Yo busco desde las dudas
un rayo de luz que ilumine mi invierno
-un horizonte de esperanza-.

Y surges tú,
con las manos en calma,
un cuerpo rojo,
un imán que sueña.

Sé que te desnudas ante los films sin color.
Sé que armas filas para no sentir la huella de la sal en tu miedo.

Son los días un pájaro que huye como una ola triste.

Quién supiera del subterfugio de la edad,
sus ecos de éxtasis que van a morir en el absurdo.

Te recuerdo sin mí,
como una caracola muda en los ovarios de una mujer ciega.

Es posible que, al fin, te haya olvidado.







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