sábado, 20 de agosto de 2016

Encuentros

Podríamos hablar, si quieres, de porqué
los sentimientos nunca se reconocen.¿Cuál
era el rostro que había detrás, el que no tenia
ojos, el que solo era noche? Dime si las cosas
pueblan los días con rumores mudos. La luz,
una calle compartida, el mar que apenas se escucha
y la otra ciudad de lluvia y piedra donde viven
los cuerpos con alas azules, sin un pasado
ni un futuro en los labios.¿Por qué las palabras
se escuchan primero en nuestra voz, fluyen
amantes hasta un corazón entregado o bien
se dibujan en un cielo amorfo como fuegos
de artificio? Un río solo puede trazar su destino
con la fe del iluso, un río que se amamanta
de amor hincha su caudal hasta el éxtasis
que desborda el día. Después de tanto tiempo
podrías decirme cuál fue el latido que no
compartimos, en qué estación se bajó tu
mirada, dónde quedaron los encuentros
rebeldes que me hicieron concebir espejos
en el aire, tigres en las nubes. O si lo prefieres
no digas nada.

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