De niño no conocí las estaciones.
Solo había horarios, calor o frío,
libertad de tiempo, flores y hojas caídas.
De niño no sabes que la edad es el monstruo
que devora a esa luna que te abraza.
El verano siempre regresa con la alegría de la luz
y el desnudo de los cuerpos, la primavera
me viste con el aroma y el color
de tus noches, el invierno es el frío y la escarcha,
el aire denso y la lumbre que crepita en el hogar.
Pero el otoño soy yo, árbol de raíz vieja,
de ramas escuálidas, de nidos hambrientos
en el jardín de los pájaros que, lejos de mí, emigran.
¡Hola! Yo soy más el verano, me gusta emborracharme de colores vivos.
ResponderEliminarTe sigo, te espero por mi rincón.
Un saludo.
https://marca-indeleble.blogspot.com/
Gracias, Né, por pasar por aquí y dejar tu comentario. Un saludo cordial.
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