lunes, 1 de mayo de 2017

La espera



Yo sé que la espera es un círculo de horas.
Revuelvo la nube del café, una y otra vez
la cuchara profundiza en el vientre líquido
como si tocara el músculo de un corazón
y pretendiera dibujar en él la música de un entendimiento
o un sinsabor.¿Qué será si la palabra aún no ha amanecido,
si frente a mí un cuerpo no interroga su sentir, si en el fiel
de esta taza nadie escribe una voz? Espero y el color del café
ya no me escucha, el cristal se vuelve hacia mí como un árbol nocturno
que reclamara con su sombra un sueño. Pronto en el nido que es este bar
solo cabrá la penumbra, continuaré aquí porque la verdadera compañía
exige ángeles dormidos. Me bebo la soledad de este café,
amargo y dulce como la misma vida.

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