Si te perfila el viento, yo no lo sé. O es la historia
de un intrincado laberinto donde la especie teje
un mosaico de piel y de glándulas, de armonía
o de abalorios que invitan a ser mil lunas en plenilunio.
Es posible que esas huellas se correspondan con esas otras
que imaginé y que para mí el unicornio siempre brille
(blancura y destino alzados al cielo)al verte en silencio
como una nube que pasa.¿Quién dirá que la belleza es un jardín
de flores inservibles, quién no consentirá con la nostalgia
de ver en la sombra de un después las llamas incandescentes
de un crisol? ah, sí!, hay un canon igual que existen medidas
de infinitud, y si de pronto una cicatriz de diosa recorre
los puntos exactos en que viví, qué diré yo, náufrago
sin isla, máscara que refleja la imagen fría de un espejismo.
No has envejecido, no te he rozado, no has sentido el tacto
de mis dedos en tu piel ajada. Será por eso que los adioses
del cometa aún silban a tu paso ignorantes de un hoy
que ya no quiere la realidad de tu vejez, la cortina amarga
que una y otra vez deslizas sin que nadie vislumbre tras ella
ni a ti ni a tu noche.
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