Llaga, llaga en la inocencia.¿Por qué el vinagre de la culpa
en los oídos que aún esperan crecer? Un gusano habita en la memoria,
se alimenta de los juncos, vierte el ácido en las palabras inconscientes
como un artificio que corroe el silencio. Quizá algún día me expliques
el por qué una cruz que se desliza por la frente es una carga milenaria
de miasmas y miedo. Sé madre, sé padre, que vuestro aletear quiere
ser abrigo, una capa invisible que arrebuje la incomprensión y la duda
que sucede al dolor.¿Habéis visto el dibujo del ángel, él me protege igual
que un pájaro que busca mi sombra entre las sombras? Mi secreto
es no consentir en la mentira, no juzgo el pavor que encuentra cien
afluentes donde morar y escoge la inconclusa virtud de la ignorancia.
Dejadme que viva la paz que se enciende muy adentro, solo soy
una llama que resiste, un corazón que niega la calumnia infantil,
un hombre que camina hacia delante mientras sostiene entre
sus manos la blanca flor del olvido.
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