Ya sé que es difícil
cuando se siente el sexo acuchillado.
Se abren otras ventanas que no tienen luz,
pero hay un latido que crece en la sombra
como un mensaje de arco iris.
Ya no se trata de la armonía de un cuerpo
que se transmuta en diosa madre,
ni tampoco de la voz que antes era un círculo
dentro de otro círculo, el eje de una sílaba suave,
el resplandor de un labio que todavía sueña.
¿Es así la vida, una efigie que deja de ser luna,
un crisol que amenaza con los espejismos del recuerdo
bajo las noches altivas del éxtasis?
Quizá solo se trate de aprender a caminar juntos,
paso a paso entre las dudas, el miedo, la sensatez
de una ligazón que, al fin, nos reconozca.
Siempre hay que aprender algo. Besos.
ResponderEliminarCierto,Amapola. Gracias por comentar. Un beso.
ResponderEliminarGracias a ti por escribir en tu blog. Bs.
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