Si abriera mis venas no surgiría nada.
Yo que soy la pulpa de lo ido, el
corazón agridulce de los vertederos.
¡Cuál sería mi sangre sin los pasos,
las huellas, el uniforme que el tiempo
dicta sobre la piel! Una cálida amapola
me recuerda que aún existen veranos
en la luz, ¿en qué luz?, ¿en qué agosto
azul sin este cuerpo que tirita?
Para mi tampoco son los veranos. Besos.
ResponderEliminarok. besos.
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