viernes, 31 de octubre de 2025

Evocación

 

No es en plenitud que vuelve lo ido, solo un eco,

un contorno, un perfil o el trazo de una línea dibujan

en la memoria lo que un día fue denso, real, vivo.

Y aún así, pese a que ya no hay materia ni realidad,

pese a que ni el tacto, ni el olor, ni el oído, ni la vista

encuentran la firme presencia de lo que es instante único,

pese a que las palabras no hayan respuesta a mi voz

que interroga, explica, susurra o regala amor,

pese al silencio que jamás fue tan mudo como

la vida que es totalmente noche, pese a que tú

y yo ya no somos nosotros, seguirás aquí, conmigo,

sin piel, sin huesos, sin carne -es posible

que hasta sin alma-, y sin embargo, eterna.



jueves, 30 de octubre de 2025

La buhardilla

 

Solo tiene de inquilina a la memoria, bajo los listones curvos,

hogar de la carcoma, el arcón reluce con el cenit del mediodía

cuando al ventanuco lo atraviesa el misterio de la luz,

en su interior los cuadernos del colegio, las muñecas

parlantes, la ropa pasada de moda, los juguetes ansiados

con los que disfruté de niño, álbumes y enciclopedias que ya

nadie leerá, y en los travesaños las telarañas, y en la pared

mi sombra de hoy que yace oculta entre las sombras del pasado.


miércoles, 29 de octubre de 2025

La muerte es una amante cruel

 

Tú no imaginabas el calor de la nieve, la rojez intima

del clavel con el polen negro vertiéndose por la estrecha

comisura de los átomos, no presentías el latido como ceniza,

el humus visceral partiendo como navío por el mar sin nombre

del adiós, nunca la negritud de un pozo en los ojos de la vida,

jamás la piel mordiendo el cáliz de los huesos, el vómito

en el jardín de las papilas, el aullido de la sangre desde el corazón

extenuado, no preveías el semen del tumor que extiende

su falsa luz y atraviesa el ovario de las células con las cien mil

razones de la metástasis mortal; ya todo ascua el tiempo

que asola el futuro, ya nadir esa marea que invade tu abril

con la estéril canción del desamparo, ya furia, dolor, castigo

el túnel en el que vive tu sombra, ya, lentamente la plenitud,

el orden, la estructura natural de los ejes por los que giraba

tu destino se extinguen, hasta que solo queda de ti un alma

muda, y en los que te querían el vano titilar de los recuerdos.


martes, 28 de octubre de 2025

El misterio de la luz

 

Llueve con la lentitud de una oración que se repite en letanía.


En la plaza una joven rubia sin la perla de nácar,

el blanco y el azul en el mandil de los comerciantes,

tras el ventanal de las casas la luz es un río que ilumina

el trasiego de la servidumbre.


Vine aquí por la bruma nacida del mar entre molinos insomnes.


Vine por la tibia luz que enmudece tras las cortinas

de un hogar donde la claridad es un párpado abierto al silencio.


Vine a sumergirme en los paisajes mudos de las marismas

como un náufrago que quiso sucumbir a la belleza de la sal

y al resplandor de la ola perenne.


El misterio de la luz es un pájaro que surca al alba los cielos de Delft.


lunes, 27 de octubre de 2025

El boxeador

 

Y tú sigues.


Con los ojos tumefactos,

los pómulos heridos,

las cejas partidas,

la nariz mil veces rota.


Sin dentadura, sin labios, sin alma.


Ensangrentado

como si la sangre

fuera ahora

tu auténtica piel.


Ya sé que no puedes más,

que has caído para levantarte

una y otra vez.


Igual que Sísifo con su eterna roca.


Que eres amigo del dolor,

porque el dolor lo respiras

a cada segundo

y sin él 

-piensas-

no habrá mañana.


Pero nunca claudiques.


Aunque sepas que vas a perder.


Porque no ignoras

que tu único rival,

es y ha sido siempre, la vida.










domingo, 26 de octubre de 2025

El hombre que ya no ve su reflejo en el cristal

 

Hay un más allá en la fina película del vidrio.


Palomas que viven en los espejos,

argonautas que navegan la luz,

dioses que una vez fueron niños.


He perdido las islas de mi mar

como perdí el sol de la aventura.


Aún así os aseguro

que una vez fui joven.


sábado, 25 de octubre de 2025

Los buenos recuerdos

 

Desde su fantasmal presencia agitan la bandera

donde sobrevive el aliento de ser, y aunque nadie

los llame están ahí como un árbol que da sombra

cuando el sol conspicuo de los días se vuelve luz

insomne, llegan de improviso igual que niños

con las alas de la alegría extendidas por un cielo rojo

y surcan las lágrimas que la vejez arroja sobre la piel

anciana como ángeles de claridad, como cisnes de un lago

que se deslizan por las nubes del ayer entre ecos de paz

y susurros de antiguas voces que regalan sosiego

al que ahora tiembla bajo la luz inhóspita del presente.


jueves, 23 de octubre de 2025

Vencido por el azar

 

Y si interpreto la cadencia de las horas con la lógica de la virtud,

y si me resulta imposible entender lo real porque se esparce

a mi alrededor el maná de la nieve junto al resplandor del estío,

y si no hay oráculo ni fe, ni presagio, ni tampoco los sucesos

de la experiencia abren caminos que den seguridad a mis pasos,

y si es la aventura un sol sin párpados que me señala dónde

está la luz en los espejos, y si lo que vino a mí no tenía raíz

y solo eran ramas esparcidas por la espiral de un aire

que pasó fugaz como la sombra de un tren que huye

de las estaciones a través de los raíles del ensueño.


miércoles, 22 de octubre de 2025

Las flores del recuerdo

 

Lo que aún era virgen y precedía al asombro, porque

se nace como pájaro que ha de aprender a volar, y hay

siempre un momento en que las alas descubren la luz,

el aire y el color, y ya eres edad que surca la geografía

ignota de unos pasos que crecen, ya vas vistiendo tu desnudez

con almanaques únicos donde las fechas son una cicatriz

y los días un azaroso caleidoscopio que guardará la memoria

como un ave que vuelve al jardín del pasado, a la madriguera

y al nido donde habitan esas flores invencibles de la ilusión

que convertimos en el pulso y la razón de nuestro existir.


martes, 21 de octubre de 2025

La hendidura que habita en mi cuerpo

 

Indistinguible la luna que arroja en los pechos del tiempo

su luz ingrávida, mis ojos de letanía, mi cenefa en arrebol

como fiebre altiva de narcisos brillantes

recorre la distancia que en los ecos es azul

y en el mar desnudo un rayo sin longitud.


Una sombra atlántica, un eje vertical sobre el que extienden

las vértebras su red de silencios, su geoda de armazón gélido

es mi patria y mi sueño.


En mis omóplatos la nieve de los epitafios surca como cicatriz

la noche sin músculo del azar y ya no distingo esa línea de lápiz,

ceja ruborosa que palpita bajo la escarpada piel.


Quizá una mínima fibra al fondo de la tenaz estepa del tiempo,

posiblemente el asomo del corazón como un labio con el púrpura oscuro,

tal vez un hilo de orfebre, recamado sobre la palidez infantil

de un cuerpo que ama la indiferencia del mármol

me amparan.


¿A qué sima de ángel, a qué pozo, a cuál abismo se asoma mi fe?


Crece la rugosidad como una planta noble entre los árboles de mi vello encanecido,

nadan las augustas panteras por el río inaccesible de mi sangre.


Y una voz sin memoria es herida por la mirada ciega

que descubre tras lo opaco del artificio

un renacer de palomas sin ojos.


Y entonces, solamente entonces, se abre la orquídea febril

y ya soy caída, y soy el túnel

que oculta en su seno una extraña luz.

lunes, 20 de octubre de 2025

¿Dónde están?

 

No es suficiente con los recuerdos.


¿Dónde están ahora

su voz,

su mirada,

su tacto

y algunas

veces

su risa?


Y sobre todo

lo que perdí

sin remedio.


Aquel tiempo

de estar

juntos.


domingo, 19 de octubre de 2025

Elogio de la lentitud

 

Si posaras simétrico perfil, aunque fuera doblez,

en la sinuosa efigie de las cosas, sentirías algo,

un mínimo desencuentro, una cicatriz apenas

visible, como la división de un esqueje bajo la luz,

el misterio que consiste en vivir sin el clamor

ni el estruendo de la veloz singladura del cometa,

la parálisis simulada de los sentidos cuando la fiebre

ya no es un don de luces que brillan en el horizonte,

el tacto retenido acercándose en silencio como si

la distancia fuera un alba de calidez, y en la madura

rosa el recuerdo de haber nacido bajo el sol unívoco

de los días, y por fin la palabra que antes de descubrirse,

antes de ser fruto, es coordenada y es un anuncio

que se da a la luz, como si naciera de un jardín

meticulosamente cuidado, el del verbo transparente

en los oídos que ya no escuchan el tronar de la rauda noche.

sábado, 18 de octubre de 2025

Atlántida

 

Cuál forma se incrustó como gema en la piel

del agua, en los cantos antiguos donde no es azul

el mar, en el confín ya ahíto de palabras que conspiran

contra la luz, en la gran nave sin el cristal traslúcido

que nos permite descubrir la historia; solo un eco

de batallas que en la sima oceánica aún retumba

como círculos cuya sangre es el mito y no la cicatriz

bajo el coral; revive la naturaleza del tritón, la magia

de las sirenas que ya no anuncian con canciones alegres

la ingrávida sed del asombro; no sé si hubo flores

sobre la raíz del agua o canales de pura plata, si

espadín curvo o liso, si arco de huesos con flecha

de marfil, si honda o puñal, porque entre el ahogo

y el silencio no hay música que canten las anémonas

invisibles con el frenesí de un triunfo, ni luz ni faro,

ni artificio, ni huella fósil, ni fábula , ni oasis 

de algas o edén, ni flor náutica, ni isla sin cielo, 

leviatán rojo, meteorito arcano, hexámetros

que nombren al cíclope que tatuó en su espalda

las mil olas furiosas que sepultaron la Atlántida.





viernes, 17 de octubre de 2025

Una tarde en Amberes

 

Allí imaginé tranvías como peces surcando un río

que brillaba entre sombras, allí los ojos eran gemas

pulidas de blancura atroz, y no vi canciones de cristal

en la voz de los semáforos, ni tuve un sueño donde

a la mano del soldado le crecían dos alas de virtud,

en el aire un aroma de sal y una luz marchita como

de novia triste, pedimos un vino frío a la muchacha

de pechos grandes, a la vuelta un taxi sin memoria

nos arrojó a lo más profundo de la tímida noche.

jueves, 16 de octubre de 2025

Vinilos

 

Y es que brota del corazón la misma música de alba

y oscuridad, arpegios, notas, letras en soliloquio,

flujo de aire con la flor híbrida de la cadencia,

pausa en la fiebre del círculo, química que vuela

por las colinas de la noche, y los párpados que escuchan

una voz, un sueño de guitarras, un crepitar de platillos,

un bombo, un bajo, ninguna imagen solo brillo que cala

en la luna vieja de la infancia un vástago carmesí,

folclore antiquísimo en la ternura del indiano, filosofía

de la luz en quien canta al sol del recuerdo, un hilo

desventurado, una cenefa de amor, un espasmo

de fuentes que trinan, el símbolo incorpóreo que va

y viene como una letanía y abraza mi inquietud,

mi vocación, mi alma recién nacida al viento dorado

del ensueño, las fibras de un estribillo, el frenesí

de la prosa rimada en frases que encajan como tiernas

flores de un jardín único, el baile sobre la alfombra de loto

y nieve, la ceniza en los labios tras el fin que la aguja

repite como un febril presagio, y la elucubración,

los versos inmolados por la cruz fugitiva del olvido;

yo veo en tus ojos todas las canciones del mundo, todas

las melodías que, sin ti, dejarían de ser pájaros libres.

miércoles, 15 de octubre de 2025

Bruselas

 

La redondez metálica de los globos

y la urdimbre como vísceras grises al sol.


El artificio real de lo mínimo entre la hojarasca del otoño

y las sombras que aún invocan a la cruel

magnitud del imperioso afán de poseer

el corazón virgen de la inocencia.


Pero hay otro bosque con laberintos de cristal,

reflejos de la luz en las fachadas de un iris confuso.


Vacíos pedestales de silencio entre columnas

sin memoria, banderas infinitas que no mueve

ningún viento, automóviles como ataúdes

donde viaja la avaricia de los ministros.


Y, sin embargo, está la música honda del trovador,

su estatura también es negra, en su rostro

los mil pájaros del sentir son una verdad dulce

de sílabas heridas.


Tras el rumor del tránsito la galería donde el lujo

no anochece, y después la canción del agua,

el festín enmascarado del niño

hoy de poncho, espuela y sombrero de paja

que licua el aire con el arco

traslúcido de su orina en flor.


Por fin la joya dorada y azul, esos lápices hermosos

que izan sus puntas como si fueran a escribir en la luz

un epitafio gremial de anacronía infeliz.


Es la plaza que reverbera bajo el flujo eterno de los relojes

y la sed olvidada de las palomas.


Alguien dejó su vómito sobre los adoquines

y en la mácula vi el perfil de un país de África

al que llamé

horror.













lunes, 13 de octubre de 2025

Apuntes al vuelo sobre algunas cosas que pasaron y pasan en el mundo

 

En los orígenes fue la supervivencia entre el entrechocar

de las tibias y el gutural grito del vencedor.


Imperios cuya ambición recorrió estepas, desiertos, bosques,

traspasó las fronteras con fuego y sangre en las espadas.


Caballos al galope, formaciones rectangulares al asalto

de empalizadas, el rumor de la batalla en la lejanía

como si fuera el bramido de un dios insaciable.


Las guerras contra el infiel y entre fieles,

en el mar los crujidos de las amuras,

los obenques rotos, el naufragio

entre olas febriles y, luego, en el futuro

sobre petróleo en llamas.


El exterminio sistemático y las utopías rotas,

ambas herencia del siglo veinte.


En la cruz resiste el símbolo de la fe, la pulsión suicida

que teñirá de púrpura occidente, en la realidad el constante

sufrimiento del débil, en los ojos el estupor

de las bombas, el llanto y la orfandad.


La ambición desmedida del capital, el que sueña

con retornar a la gloria pretérita cuando tras el medievo

su país subyugó a la tundra, a la taiga y a los ríos helados.


Y el voto infantilizado que carcome las democracias,

el ignorante que otorga el poder al que deshonra la política,

al de la voz en soflama, al terrorista de la paz,

al que confunde y miente, a los que mal señalan

las coordenadas por las que navega este mundo

a la deriva.






Tu vestido

 

Porque se siente su llegada como una sombra

y la luz hinca sus rodillas, cubierta por el palio

gris como una novia tímida esconde el rubor

de sus cabellos entre sábanas de opacidad;

y de pronto la celestial caída y su ritmo, a veces

lánguido, otras irregular según el capricho del viento,

en ocasiones transitoria, a menudo constante como

una ceremonia inacabable que atraviesa los días

con su bendición de ángel, en el cristal rosa líquida,

en mi recuerdo la transparencia de tu vestido que mojó

la lluvia cuando aún desconocíamos nuestros nombres.


domingo, 12 de octubre de 2025

Pastillas

 

Amigas mías que llenáis de color las horas

con vuestra tez de plástico y vuestro polvo

de resurrección, amigas fieles que activáis

la débil raíz de un organismo que se precipita

hacia el silencio de la nada, amigas piadosas

cuyo real nombre ignoro, amigas entrañables

que me prometéis la paz de la indolencia

y sois como los números de un calendario

virgen, amigas mías que añadís caudal al río

de mi sangre, yo os dedico este poema que escribí

cuando el crepúsculo ya inundaba, como una fiebre,

lo que un día fue el amanecer de unos ojos que hoy lloran.

sábado, 11 de octubre de 2025

viernes, 10 de octubre de 2025

Charles Bukowski

 

De la noche me atrae la luz malsana, enferma,

casi rota; mi vocabulario son gritos de lucidez,

mi ornamento la palabra desnuda, mi patria

el lado oscuro de los espejos; no quería ser

poeta, quería ser hombre, por eso escribí

de los hombres que jamás serán poetas.

Y entre los hombres fui dios, sin quererlo.



De cómo enfrentarse al mundo

 

El que nada contra corriente 

elige

por sí mismo.


Porque la vida fácil

es propia del rebaño

mientras la vida dura

nos hace individuos.




jueves, 9 de octubre de 2025

La jardinera

 

Penden tus encajes de la niebla rota, más atrás el aullido

que brotó de los campos sin paz, vibra el tesón de la rueca

con los alfileres de la virtud en mitad del ensueño, golondrinas

en los espejos claman por no ver la sombra de un canal

sobre las letanías del azul, y finge el cántaro su curva

porque de las manos viejas ya no surgen las líneas frágiles

que decoran con nieve las llagas ambiguas del silencio,

vana es la luz que solo ilumina con destellos de carmín

la humana verdad que nace de los círculos del aire, como

rótula de estrato, como barniz sin lámina donde hallar

un racimo de flores blancas, como áspid que deambula

por la doblez de todos los himnos, por la cumbre inalcanzable

de las voces que rocían con un aura de luna al vano esqueje,

al tallo débil y su escorzo que dibuja en espiral rocío de pétalos

desde un cielo incólume, y tú que en la siembra aún elijes

el surco frío donde no hay germen de flor, y tú que en la lluvia

rondas con manto de agua la aridez de los palacios por si un haz

caprichoso moja la desnudez altiva de tu carne vas del carmesí

a la anciana oscuridad como implorando ser el cometa que visita

las auroras con sus largos atavíos de meteoro y su luz de rayo nauta,

como si fueras el circuito que abre a las cortinas de la muerte su vacío

de fisura, su elemental máscara de brevedad que un día quiso

parecerse a la rosa de piedra que en el jardín del tiempo

luce el color sin nombre de los antiguos mitos que aúllan sed.

miércoles, 8 de octubre de 2025

El itinerario o la rutina como eje vital

 

Así parte el cuerpo y cumple el principio no escrito

de la deriva, recurrir siempre a la memoria de los pasos,

el corazón y el pensamiento en orden bajo el frío,

la tibieza o la canícula hostil, como un pájaro autómata

recorre el surco ya ahíto de un cielo breve, lo mismo

que la noria circular donde la partida es el regreso

en actitud poco heroica porque cautivo de la indócil sed

de los amaneceres va enfilando el túnel abierto al sol

o a lo gris, viajan el vestido, la piel hacia la sombra

de un punto cardinal; el caminante no ve el rebaño,

el rebaño son las huellas que en el suelo brillan

como luciérnagas sin patria de una noche que

durará lo que duren los días que le resten por vivir.


martes, 7 de octubre de 2025

Recuerdos


En la vitrina de la memoria vive su luz, regresan

a la guarida del presente cuando nadie los llama,

algunos encienden los corazones como fuegos

de artificio en la penumbra, otros traen la sombra

del dolor con sus agujas negras de llanto, como

animales fieles jamás se alejan de ese hogar

de tez invisible que es el pensamiento, y son

el mejor amigo, y el más grande enemigo que 

te acompañarán, lo quieras o no, a lo largo de tu vida.


Unos euros

 

En el cartel ponía:“necesito dinero

para un billete de autobús a Barcelona”.


¿Por qué quieres ir a Barcelona?

¿es por trabajo?

-le pregunté a aquel joven-.


No, es por amor”

-me contestó-.


Le di unos euros

porque al amor

siempre hay que darle,

al menos, una oportunidad.



lunes, 6 de octubre de 2025

Costumbres

 

Nos hacen la vida más fácil

-y más esclava-.


Cada cuál tiene las suyas

que se repiten

casi a las mismas horas.


¿Es por seguridad,

por miedo

o únicamente

por rutina

que las cumplimos?


Yo diría

que en mi caso

si las sigo

es por simple 

vagancia.



Bondadosa lluvia

 

Qué honestidad la de la lluvia.


No finge,

no engaña,

jamás oculta

sus intenciones.


Hoy ha venido

para lavar

mis heridas.


Y yo

-naturalmente-

se lo agradezco.



domingo, 5 de octubre de 2025

Eres mi mar

En tus pendientes vi barcos de coral, en tu cuerpo

un mar sin olas, suave y liso como una lámina,

cada pecho es una isla de zumos recónditos,

un hemisferio brumoso donde el tacto

naufraga, un sol que bendice el confín

de la luz al desnudar su racimo fértil;

por ti navegan las auroras de los días

sin crepúsculo, en ti los límites son azules

como cielos líquidos que recorro hasta

el fin, y soy un pez sin nombre por la corriente

que brota de tu piel, y soy espuma en tu cresta de sal,

y soy lo que no ves bajo las anémonas que te visten,

y soy el viento que enturbia tu corazón y riza

el color de tu sangre, azul como jungla de un mar

que amenaza con herir de muerte a la inocencia.



sábado, 4 de octubre de 2025

Los alfileres del recuerdo

 

Y lloverá sobre lo llovido, como en un círculo terrible

de letanías los alfileres del recuerdo hincan sus puntas

de ardor en la mejillas de mi ser, y vuelven las margaritas

a surgir sobre los campos de ceniza, y regresa la estéril

canción del niño que balbucea misterios de azar bajo

las sábanas infantiles, también tú conoces la luz

escondida en los arpegios, por eso murmuras notas

sin color en las madrugadas cuando nadie oye el pálpito

antiguo que en tu sien es un mar de anhelos sin

la bondad de la orillas, bajo el carcaj que esconde

las flechas rotas de tu adiós hay un cúmulo de paraísos

ocultos por el desencuentro, entre los oasis

de una comunión lejana y azul yacen las flores

de la penumbra, más allá de los soliloquios

está el fósil de la palabra, en el lugar de los espejos

que miran al sol la desnudez de la noche se aleja como

te vas tú en la barca invisible del olvido hacia la lejanía,

hacia el rumor de la evocación, hacia la difuminada luz

que apenas finge conocerte cuando tu nombre es ya

una nube que cruzó rauda por la memoria de mi cielo.


viernes, 3 de octubre de 2025

El mundo interior

 

Juega conmigo al juego de conocerte.


El azogue, el cristal,

una fotografía, solo muestran

esa máscara

a la que llamamos

apariencia.


Si al cerrar los ojos,

piensas en ti

-en tu vida-

es cuando te ves

realmente.


jueves, 2 de octubre de 2025

Amanece en el campo

 


Amaneció la blancura como una raíz que tirita

en la fría mañana, y en las hojas un velo de plenitud,

y en el tallo un vestido de cristal puro, y en la siembra

una capa de polen celeste de color diamantino;

ya el ramaje con su cintura alba brilla entre la luz

como un rocío de piedra, ya cada pétalo es una

quebradiza constelación donde el aire más ávido

posa su lengua de hielo, ya mis ojos se rinden

al silencio que ve nacer de la noche

la bella flor de la escarcha.



miércoles, 1 de octubre de 2025

Insomnio

 

Como esperando al tigre que parpadea en el rincón

más oscuro de la noche va el pensamiento con la llama

lúcida en los intersticios de la carne a impedir la fiebre

que madura en la profundidad de los ojos, y se desdobla

el cristal y en su envés, tras el visillo irreal de los párpados,

el fantasma del sueño espera a que baje el telón de la vigilia

y se haga lienzo el ardid donde se libere la rosa del instinto,

el clamor invencible de la palabra muda que tiembla

en los labios como una letanía de ángeles sin cielo,

pero no, aún la luz en lo hondo, todavía la rémora

del día arrastra un nimbo que llueve sin tregua ni

pausa sobre las pupilas en vela, y no hay paz, no existe

el oasis puro en la habitación anochecida, ni el silencio

es ya esa nana que en los oídos invita al sueño a recogerse

como un niño entre los brazos de una virgen-madre o al

amparo de una luna que anuncie la llegada del feliz sosiego.