miércoles, 8 de octubre de 2025

El itinerario o la rutina como eje vital

 

Así parte el cuerpo y cumple el principio no escrito

de la deriva, recurrir siempre a la memoria de los pasos,

el corazón y el pensamiento en orden bajo el frío,

la tibieza o la canícula hostil, como un pájaro autómata

recorre el surco ya ahíto de un cielo breve, lo mismo

que la noria circular donde la partida es el regreso

en actitud poco heroica porque cautivo de la indócil sed

de los amaneceres va enfilando el túnel abierto al sol

o a lo gris, viajan el vestido, la piel hacia la sombra

de un punto cardinal; el caminante no ve el rebaño,

el rebaño son las huellas que en el suelo brillan

como luciérnagas sin patria de una noche que

durará lo que duren los días que le resten por vivir.


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