sábado, 4 de junio de 2022

Esa palabra que hoy te escribo


Nunca es tarde para la palabra. El tiempo nos dio los minutos,
los días, los años del encuentro; sin embargo, la palabra calló,
esa palabra íntima que no dije, que solo fue voz interior, una
flor muda. Pero hoy te escribo para no olvidarla, porque sé
que aún sigue viva, sujeta a mi memoria con un tallo firme,
presente en la sombra que me acompaña, en la sangre que
circula tibia por mis cansadas arterias. En un papel dibujo
las cuatro letras que hilan su significado, cien, mil veces,
con caligrafía de niño, con aliento que aún persiste. No hay
frases para ti, tampoco relámpagos que la anuncien, ni miradas
que la presientan, ni caricias en tu piel, ni emoción en los labios.
Únicamente la palabra desnuda que te entrego con tinta indeleble,
repetida, un punto y seguido que continúe, en un manar sin término,
porque el amor solo existe si a cada instante lo nombras.

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