domingo, 2 de enero de 2022

Misiva de Max Brod a un fantasma


Quien busca no halla, pero quien no busca es hallado.

Franz Kafka


¿Te he visto, irreal, entre la niebla del río?
Praga es un canto triste que aún escuchas.
El sortilegio de la vida en sueños, el símbolo
tras la máscara, la incógnita que el cobrador
de seguros ignora. Aquí no hay cafés soleados
y tú no usas heterónimos, de las mujeres, acaso,
un noviembre invicto sin hojas que recoger... 
Aquel escenario que creaste era más bien un laberinto,
sentencias de alguacil oculto, la habitación insomne
del arácnido, la lejana América como un abril misterioso.
Nos elige la muerte igual que el gorrión elige la ternura,
afirmaste. Si le negaras la luz a tus textos, negarías
un pronombre al futuro. De ti surgen las epístolas
dolorosas, la culpa imberbe, la cercanía del horror,
las frases y sus elipses se escapan por tus dedos lo mismo 
que cucarachas sin rumbo, solo la extrañeza te sobrevive.

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