domingo, 30 de enero de 2022

El actor

 

Ya no me acuerdo de los nombres,

vuelan como pájaros furtivos.

 

Pretendí urdir

mi voz con la historia,

ser camaleón

entre las ramas de la vida.

 

Sentirme cautivo de una primavera feliz,

las flores brotan, la luz sangra.

 

Como una fuente clandestina,

mis caños visten ropajes del azar,

aun siendo sinrazón crezco en otro esqueleto,

soy la sombra del elegido.

 

A menudo ensayo ante los espejos

con luces mortecinas,

mis ayeres no sobreviven

pues adorno la pasión con el énfasis de un soliloquio,

el alarde de un diálogo,

el gesto ambiguo bajo el que yace mi huella.

 

Es cierto que tengo más de un alma,

que las edades las recobro de un papel,

que cuando hablo a solas repito sentencias,

rúbricas sin corazón.

 

Quisiera volver a la niñez

para que mi identidad florezca en su raíz,

alguien, tras una llamada de teléfono,

me ofrece un personaje,

qué extraño destino es la impostura.

 

 

4 comentarios:

  1. La niñez salpica tu versos a pesar de todo.

    :)

    Besos.

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  2. Felicitaciones, Ramón, por tan buenos versos. Salud.

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  3. Gracias, Amapola, por dejar tu comentario. Besos.

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  4. Gracias, Julio, por visitar mi blog y por la amabilidad del comentario. Un abrazo.

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