viernes, 7 de enero de 2022

Los corceles del pasado

 Como bajo un árbol de navidad las cosas me iluminan.


Al despertar, en la cama que ya no es mía,

veo fotografías que contradicen a los relojes,

discos que escuché, sin parar, en los ochenta,

cuadros que hasta hoy eran, tan solo, un recuerdo,

adornos de cristal o de plata junto a volúmenes raídos,

el tocadiscos de caoba aún conserva el rasguño que le hice,

en las baldas descansan mis lecturas de entonces,

las que un día amé como a novias adolescentes.

 

Pero hay también herramientas que aquí resultan extrañas,

un ordenador portátil, última generación, que no sé usar correctamente,

el smartphone de quinientos euros que me compró mi hijo, David.

 

Y esta paz que nos regala la luz primera,

luz de una claridad virgen, luz de los ángeles

que descorren las cortinas del alba,

luz sin los ecos de la luz

que viste de ámbar este espacio que me nombra,

a las siete de la mañana, cuando los corceles del pasado

regresan con su galope de sueños y olvido.

 

Bajo las sábanas escucho su fragor, inefable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario